WHO/L. Mackenzie
A member of the ring vaccination team vaccinates a man in Bosolo village.
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Enfermedad por el virus del Ébola

20 de abril de 2023

Datos y cifras

  • Las vacunas que protegen contra algunos tipos de virus del Ébola (VE) se han utilizado para controlar su propagación en brotes epidémicos. Además, se están desarrollando otras vacunas.
  • La pronta atención de apoyo, en particular la rehidratación y el tratamiento sintomático, mejoran la supervivencia.
  • La OMS ha recomendado encarecidamente el uso terapéutico de dos anticuerpos monoclonales: mAb114 (Ansuvimab; Ebanga) y REGN-EB3 (Inmazeb).
  • La tasa de letalidad media de la enfermedad por el virus del Ébola (EVE) se sitúa en torno al 50%, y en brotes anteriores ha oscilado entre el 25% y el 90%, dependiendo de las circunstancias y de la respuesta.
  • Un buen control de los brotes depende de la adopción de muchos tipos de medidas: atención a los pacientes, prevención y control de infecciones, vigilancia de la enfermedad, rastreo de los contactos, buenos servicios de laboratorio, prácticas funerarias seguras y dignas, y movilización social.
  • La participación de la comunidad es fundamental para controlar los brotes.

 

Resumen

La EVE es una enfermedad rara pero grave, y a menudo letal.

La infección se adquiere por contacto con:

  • animales infectados al prepararlos, cocinarlos o comerlos;
  • líquidos corporales de personas infectadas, como saliva, orina, heces o semen;
  • objetos que contengan líquidos corporales de personas infectadas, como ropa de vestir o de cama.

El VE entra en el cuerpo a través de cortes en la piel o al tocarse los ojos, la nariz o la boca.

Los primeros síntomas son fiebre, cansancio y dolor de cabeza.

Algunos tipos de EVE pueden prevenirse con vacunas y tratarse con medicamentos.

La EVE apareció por primera vez en 1976 en dos brotes simultáneos, uno en lo que hoy es Nzara (Sudán del Sur) y el otro en Yambuku (República Democrática del Congo). Este último se produjo en un pueblo cercano al río Ébola, del que la enfermedad toma su nombre.

La familia Filoviridae tiene tres géneros —Cuevavirus, Marburgvirus y Ebolavirus—, y dentro del género Ebolavirus se han identificado 6 especies: Zaire, Bundibugyo, Sudán, Taï Forest, Reston y Bombali.

Transmisión

Se cree que los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae son huéspedes naturales del VE. El virus se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, tales como murciélagos frugívoros, chimpancés, gorilas, monos, antílopes o puercoespines encontrados enfermos o muertos en la selva tropical.

A continuación, el VE se propaga de persona a persona por contacto directo (a través de las mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con:

  • sangre o líquidos corporales de personas enfermas o fallecidas por EVE;
  • objetos contaminados con líquidos corporales (sangre, heces, vómitos) de pacientes con EVE;
  • o cadáveres de personas fallecidas por EVE.

La infección del personal de salud al tratar a pacientes con EVE ha sido frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han observado estrictamente las precauciones para evitar la infección.

Las ceremonias funerarias que implican contacto directo con el cadáver también pueden contribuir a la transmisión del VE.

Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre. La transmisión sexual es posible tras la recuperación, pero puede reducirse con apoyo e información a los supervivientes.

Las embarazadas que se recuperan de la EVE aguda seguir siendo portadoras del virus en la leche materna o en los líquidos y tejidos relacionados con el embarazo.

Para más información, véanse las directrices sobre la atención a embarazadas y madres lactantes en el contexto de la EVE (en inglés).

Síntomas

Se caracterizan por la aparición súbita de fiebre, cansancio y dolores musculares, de cabeza y de garganta, seguidos de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas y hemorragias externas e internas.

El tiempo transcurrido desde que una persona se infecta hasta que presenta síntomas suele ser de 2 a 21 días. Los pacientes no son contagiosos hasta que presentan síntomas, pero después pueden contagiar la enfermedad mientras su cuerpo contenga el virus, incluso después de haber fallecido.

Después de recuperarse de la EVE, algunos pacientes pueden tener durante 2 años o más síntomas tales como:

  • cansancio;
  • dolor de cabeza;
  • dolores musculares y articulares;
  • dolor ocular y problemas de visión;
  • aumento de peso;
  • dolor de abdominal y pérdida de apetito;
  • caída del cabello y problemas en la piel;
  • trastornos del sueño;
  • pérdida de memoria;
  • pérdida de audición;
  • depresión y ansiedad;

Deben consultar a un profesional de la salud quienes:

  • tengan síntomas y hayan estado en una zona donde se sabe que hay EVE, o
  • hayan estado en contacto con alguien que pueda haber tenido EVE.

Diagnóstico

Puede ser difícil distinguir clínicamente la EVE de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea o la meningitis. Muchos síntomas del embarazo y de la EVE también son bastante similares. Debido a los riesgos para el embarazo y para ellas mismas, lo ideal sería que las embarazadas se sometieran rápidamente a pruebas ante la sospecha de EVE.

La confirmación de que los síntomas se deben a la infección por el VE se obtiene mediante los siguientes métodos de diagnóstico:

  • inmunoadsorción enzimática (ELISA);
  • detección de antígenos;
  • seroneutralización;
  • reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa;
  • microscopía electrónica;
  • aislamiento del virus mediante cultivo celular.

Pruebas diagnósticas sometidas al proceso de evaluación para su inclusión en la lista de la OMS para uso en emergencias (en inglés).

Tratamiento

Las personas con síntomas de EVE deben recibir atención médica inmediatamente, pues con ello aumentarán las posibilidades de sobrevivir.

El tratamiento consiste en líquidos orales o intravenosos y medicamentos, y debe hacerse en el hospital. No es seguro atender a los enfermos en casa porque no recibirán el mismo nivel de atención que pueden recibir de los profesionales y porque pueden contagiar a otras personas.

Hay una vacuna eficaz para el Ebolavirus Zaire, que aparece sobre todo en Guinea y la República Democrática del Congo. El tratamiento con anticuerpos administrados por vía intravenosa aumenta las posibilidades de supervivencia.

Se están investigando vacunas y tratamientos para otros tipos de VE.

Cualquiera que sea el tipo de VE, los tratamientos de apoyo salvan vidas. Estos tratamientos consisten en:

  • líquidos orales o intravenosos;
  • transfusiones de sangre;
  • medicamentos contra otras infecciones que pueda tener el paciente, como el paludismo;
  • medicamentos para el dolor, las náuseas, los vómitos y la diarrea.

La OMS ha publicado orientaciones sobre la atención de apoyo optimizada (en inglés) que deben recibir los pacientes con EVE, desde las pruebas pertinentes que deben realizarse hasta la nutrición, el tratamiento del dolor y las coinfecciones (como el paludismo), y otras medidas que ponen al paciente en el mejor camino hacia la recuperación.

En el brote de EVE de 2018-2020 en la República Democrática del Congo se realizó el primer ensayo aleatorizado controlado sobre el tratamiento con múltiples fármacos para evaluar la eficacia y la seguridad de los medicamentos utilizados en el tratamiento de pacientes con EVE. La OMS publica orientaciones evolutivas sobre los tratamientos y enfoques recomendados.

Más información sobre la atención clínica en la EVE (en inglés).

Prevención y control

Para evitar contraer la EVE hay que:

  • lavarse las manos;
  • evitar el contacto con líquidos corporales de personas que tengan o puedan tener EVE;
  • no tocar los cadáveres de personas que hayan muerto por EVE;
  • vacunarse si hay riesgo de contraer el Ebolavirus Zaire.

La vacuna Ervebo ha demostrado ser eficaz frente al Ebolavirus Zaire y está recomendada por el Grupo de Expertos de la OMS en Asesoramiento Estratégico en materia de inmunización junto con otras herramientas para responder a los brotes de EVE.

La OMS precalifica una vacuna contra el virus del Ébola y allana el camino para que se utilice en países de alto riesgo.

Un buen control de los brotes se basa en la aplicación de un conjunto de intervenciones, como la atención a los casos, la vigilancia, el rastreo de los contactos, buenos servicios de laboratorio, prácticas funerarias seguras y movilización social. La participación de la comunidad es fundamental para controlar los brotes. La concienciación sobre los factores de riesgo de infección por VE y las medidas de protección (incluida la vacunación) que pueden adoptar las personas es una forma eficaz de reducir la transmisión humana. Los mensajes de reducción del riesgo deben centrarse en:

  • reducir el riesgo de transmisión de la fauna salvaje al ser humano;
  • reducir el riesgo de transmisión de persona a persona;
  • reducir el riesgo de transmisión sexual;
  • reducir el riesgo de transmisión por líquidos y tejidos relacionados con el embarazo;
  • medidas de contención del brote, entre ellas las prácticas funerarias seguras.

El personal de salud debe tomar siempre las precauciones habituales al atender a los pacientes, independientemente de cuál sea su posible diagnóstico, es decir: higiene básica de las manos, higiene respiratoria, uso de equipos de protección personal para evitar el contacto con materiales infectados, prácticas de inyección seguras y prácticas funerarias seguras.

Los profesionales de la salud que atiendan a pacientes con EVE presunta o confirmada deben aplicar medidas adicionales de control de la infección para evitar el contacto con la sangre y los líquidos corporales del paciente y con superficies o materiales contaminados, como ropa de vestir y de cama.

Los trabajadores de laboratorio también están en riesgo. Las muestras tomadas de personas y animales para investigar la infección por el VE deben ser manipuladas por personal capacitado y procesadas en laboratorios debidamente equipados.

La OMS ha elaborado consejos detallados sobre prevención y control de la infección por el VE:

Respuesta de la OMS

La OMS colabora con los países para prevenir los brotes de EVE manteniendo la vigilancia de la enfermedad y ayudando a los países en riesgo a elaborar planes de preparación. En el siguiente documento se ofrecen orientaciones generales para el control de los brotes de las enfermedades por VE y virus de Marburgo:

Cuando se detecta un brote, la OMS responde apoyando la participación de la comunidad, la detección de la enfermedad, el rastreo de los contactos, la vacunación, el tratamiento de los casos, los servicios de laboratorio, el control de las infecciones, la logística, y la formación en prácticas funerarias seguras y dignas.

La OMS ha publicado una serie de orientaciones para hacer frente a los brotes de EVE: