lunes, 9 de marzo de 2015

Lo raro en mi

Hola, pueden creer que recién a mis 33 años pude ir a un psiquiatra, imagínense. Pero todo tiene una explicación. Se preguntarán por qué yo lo he necesitado. Es porque he caído en una círculo vicioso de sufrimiento, sobre todo en mi relación con los hombres. Me remito a un pasado lejano. Yo nunca, de niña, he hablado con hombres fuera de mi hogar. No sabía como hablar con ellos, qué decir, no recuerdo en que fecha exactamente sucedió mi temor a los hombres. Pero de pequeñita era tímida. Podía hablar con las mujeres, pero también me costaba un poco. Me juntaba con mujeres tímidas como yo y de bajo perfil. Era tan tímida que una vez en 4to grado de primaria una compañera me quito mi lápiz para escribir y cuando la profesora ya empezó a dictar la clase, no pude hacer nada porque me moría de miedo hablarle a esta chica; creo que tenía miedo de que ella me gritara.

La gente de la calle mucho me miraba, sobre todo los hombres adultos. Pero yo no sabía porque lo hacían. Recuerdo a mis 5 años, cuando estaba en el camión primaveral del colegio por el Día de la Primavera - de la que fui dama- no entendía porqué un fotógrafo no me quitaba la mirada. Me tomo varias fotos. Ahora entiendo que lo hacía por mis ojos que era lo que más resaltaba. Mis ojos son verdes y no he sido fea. Tengo mis encantos. Pero yo no sabía que pasaba. Y empecé a sentirme rara, pensé que soy un monstruo. Me sugestioné y subestimé. Nadie en mi entorno familiar me habló, y no tenía la confianza de preguntarles porque la gente me miraba mucho. Nadie me pudo ayudar en mi relación con los hombres.

Las causas de este comportamiento patológico pueden tener origen en un hecho que me paso, que no lo contaré por ahora pero que me marco mucho. Eso fue el momento que marcaría la ruta de mi relación con los hombres y con el sexo.  Dentro de mi, empezó a quebrarse algo.
Por eso creo que tengo un odio inconsciente hacia los hombres y una desregulación sexual. Y nunca me he llevado bien con los hombres. En realidad, hasta ahora no se manejar bien las relaciones. Recién estoy comprendiendo que ellos merecen respeto, y merecen que nosotras las mujeres los conozcamos mejor. A veces pienso que los hombres no merecen ser amados. Me es difícil, veo rostros de hombres y rápido digo que son mañosos. Siempre he pensado que los hombres todos son mañosos, que solo quieren aprovecharse. Ahora entiendo por qué. Esto me ha tocado vivir, pero aun hay más. Y estoy en esas, trabajando por recuperarme.

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