Arnau, nacido en El Cerro del Aguila y residente en Almadén desde hace nueve meses, explicó que al comenzar el reto temió no conseguirlo porque "en el primer cuadro tardé seis minutos, por lo que tuve que corregir rápidamente la técnica".

El artista aseguró que no había pensado previamente lo que iba a pintar porque quería dejarse llevar "por el duende y por el público".

Alrededor de cien vecinos de Almadén contemplaron cómo el artista sevillano rellenaba con una espátula -para ganar rapidez-, al óleo 21 tablas de unas dimensiones que iban de entre los 1,20 por 1 metro, 1,20 por 40 centímetros y 80 por 60 centímetros, que ilustró con motivos paisajísticos

como playas, peces, floreros y bodegones.

La veintena de cuadros que pintó el artista serán expuestos en la carpa municipal durante las fiestas de Almadén de la Plata y después serán subastados a beneficio de las cinco hermandades del municipio y de otras causas benéficas.

Diez récords mundiales

Este artista sevillano tiene en su poder hasta diez récords mundiales, ya que ha conseguido batir también el máximo de cuadros pintados en 24 horas en varias ocasiones: la primera vez consiguió dar forma a 204 obras en un día sin interrupción y, la última, en Puigcerdá (Gerona), pintó 230 lienzos.

A Joaquín Arnau, según narra él mismo, le han intentado arrebatar en dos ocasiones alguno de sus récord de pintura.

La primera vez, un alemán tiró la toalla antes de alcanzar las 24 horas seguidas con el pincel.

En lo que respecta a la segunda, las obras de un inglés fueron rechazadas por los críticos, que consideraron que no reunían la calidad mínima.