sábado

El otro día entre llantos le escribí un mail a Matías en donde le contaba que no sé que onda con nada. En 54 horas rindo un final y estoy acá tirada en la cama, tapada hasta el cerebro, queriendo que pase algo que me haga desaparecer. El gato duerme pero sé que en cuanto se despierte va a empezar a llorar porque no le compré comida. Ni piedritas. Y me quedan cuarenta pesos en la billetera. y tengo todo el esmalte saltado y lo único que quiero es llorar y dormir y fumar y dormir. Estoy escuchando en loop la misma canción de fugazi y ayer me enteré que hasta diciembre no veo a mi madre. Decidí tomar tres manzanillas por día porque el psicólogo recién me dio turno para septiembre. Que los 21 años me escupan la cara.