Peña cambia de estrategia en comunicación
Roberto Vizcaíno lunes 9, Mar 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- La crisis de credibilidad y desconfianza lo obligó a relevar a David López por Eduardo Sánchez
- El crecimiento explosivo y la influencia de los medios digitales reclaman un nuevo tratamiento de la información
- El área de difusión estaba fraccionada en 3 dentro de Los Pinos
El viernes pasado el presidente Enrique Peña Nieto cambió a su titular de Comunicación Social y con ello dio inicio a una nueva estrategia de información y vinculación con los ciudadanos.
Ese día, al regresar de una gira por el Estado de México a donde fue apenas horas después de llegar de una visita de Estado por el Reino Unido, Peña Nieto encabezó un acto en Los Pinos, donde David López cedió el cargo a Eduardo Sánchez.
David no sale a causa de un cese, no, se va abrigado por una candidatura federal plurinominal del PRI que podría posicionarlo como aspirante a la gubernatura de Sinaloa.
Luego de largos elogios a uno y otro, el mandatario estableció los lineamientos de su nueva estrategia de comunicación.
“Yo quiero confiarle a él esta tarea, a Eduardo (Sánchez), para que realmente la Comunicación Social del gobierno de la República, y ahora la de la Presidencia de la República, sea una que permita realmente proyectar, en su exacta dimensión y con toda oportunidad, el trabajo que realiza el gobierno, pero muy señaladamente el Presidente de la República ante la sociedad mexicana.
“(Para) que los mexicanos conozcan, valoren, juzguen por sí mismos, a partir de la comunicación que estemos llevando a cabo, lo que es el diario actuar y el diario ejercicio de la Presidencia de la República.
“Y para ello habrá que emprender caminos de innovación, de acercamiento, de amplio respeto a los medios de comunicación; de entender los tiempos que vivimos, de mayor apertura; de tener hoy una sociedad crítica y abierta, que es bienvenida en el México democrático que hoy tenemos.
“Y que también tenemos que estar a la altura de saber informar con oportunidad de lo que hacemos por los mexicanos, de lo que estamos trabajando para arribar al México que estamos entre todos construyendo: un México de prosperidad, de desarrollo y bienestar para la sociedad mexicana”, indicó.
Si no conociéramos el afecto, gratitud y respeto que Peña Nieto le tiene a David —quien le operó durante los últimos 10 años el área de comunicación social, algo que fue determinante para su llegada a Los Pinos-, podría tomarse lo dicho por el Presidente como una descalificación o reclamo al sinaloense.
Pero no es así. La verdad es que la renovación del área obedece al menos a tres decisiones fundamentales:
)A que existe una crisis de credibilidad y desconfianza (es decir, de manejo y comprensión de medios), que ya amenaza a las áreas económica y política del Estado.
)A que el área de Comunicación Social de Presidencia de la República estaba dividida en 3: el área de David, con atención a medios tradicionales —diarios, revistas, radio y TV-; el área de Alejandra Lagunes, de operación de medios digitales y redes sociales y la de Eduardo Sánchez, quien era el vocero del gobierno de la República.
)A la de darle finalmente el predominio al manejo de Comunicación Social del Estado mexicano al equipo de Luis Videgaray, secretario de Hacienda y aspirante a la presidencial de 2018.
TROPIEZOS
La fragmentación del área en Los Pinos propiciaba tropiezos constantes y la anulación de una estrategia eficaz de comunicación. Cada área se refugió en su zona de confort y dejó pasar el golpeteo que mantiene hoy al presidente Peña Nieto y a su gobierno en una crisis de credibilidad y confianza ciudadana.
En este contexto David López estaba sitiado por el equipo de Videgaray conformado por Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia; Alejandra Lagunes y Eduardo Sánchez.
La fragmentación se hizo insostenible. Sin mecanismos de contención, sin capacidad de respuesta, los mensajes del gobierno y del propio Presidente de la República se perdían en el manejo de frases que eran retomadas por elementos antisistema en redes sociales.
Dos ejemplos son una muestra de lo que ocurría:
En la conferencia del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, en que detalló la forma en que fueron secuestrados, asesinados y calcinados los 43 normalistas de Ayotzinapa se desvió por aquella frase de: “…ya estoy cansado”.
Semanas después Peña Nieto fue objeto de otra distorsión al retomarse en redes sociales su frase de: ya sé que no aplauden.
Una y otra vez las frases dominan el discurso gubernamental para sacar de contexto temas e intenciones de comunicación del gobierno y del Presidente.
CAMBIÓ TODO
Un factor que decidió el cambio de coordinador y de estrategia de comunicación es que en apenas 3 o 4 años los usuarios de medios digitales —celulares inteligentes, tablets, computadoras y otros equipos-, han pasado de 13 y 15 millones a cerca de 50 millones.
Las proyecciones de todos los centros de investigación de Internet, advierten que en los próximos 3 años, es decir para el 2018, habrá en México unos 70 millones de usuarios de Internet.
Esos mismos estudios indican que los segmentos que más crecen en esta área son los de jóvenes y sectores marginados.
En estos dos importantes segmentos puede haber quienes no tengan empleo, no vayan a la escuela, no tengan una actividad recreativa o productiva regular, no tengan en sus domicilios piso de cemento, agua o energía eléctrica, pero tienen acceso a Internet.
En este segmento las redes sociales contribuyen a alimentar una inconformidad y rabia sociales que se expresa cada vez con mensajes y acciones más agresivas.
De igual forma se da el fenómeno de que los segmentos de clases medias y altas, las más favorecidas por los sistemas de educación y bienestar, se mimetizan en esta inconformidad y rabia social.
Un ejemplo de ello fue el movimiento del 132 surgido el viernes 11 de mayo de 2012 durante la visita del entonces candidato presidencial priísta Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana.
Ese día los estudiantes asistentes se dividieron en 3 segmentos: los que protestaron, los que sólo vieron y los que apoyaron a Peña Nieto.
Los que protestaron lo hicieron en reclamo por la intervención de la policía en San Salvador Atenco, ¡6 años antes!, en mayo de 2006. Interrogados por los reporteros que asistieron al evento, sobre si podían decir dónde estaba San Salvador Atenco, varios los estudiantes de la Ibero que protestaban aceptaron que no sabían dónde estaba ese poblado del Estado de México.
LA CRECIENTE INFLUENCIA
El área de David no entendió la magnitud del explosivo crecimiento y penetración e influencia de los medios digitales, y las redes sociales, y cuando lo hicieron esa área la operaba ya Alejandra Lagunes.
Hoy todavía en las áreas de Comunicación Social de las 16 secretarías de Estado no existe un área formal de medios digitales y la actividad de comunicación se concentra básicamente en la emisión de boletines y algunas tarjetas informativas para columnistas y editorialistas.
Estas oficinas gubernamentales siguen privilegiando a esos medios tradicionales a pesar de que, por ejemplo, El Universal tira 120 mil ejemplares en su mejor día y su página digital es visitada diariamente por 800 mil internautas.
Por ello, la instrucción de Peña Nieto a Eduardo Sánchez fue, entre otras, la de actuar luego de “entender los tiempos que vivimos, de mayor apertura; de tener hoy una sociedad crítica y abierta (y), emprender caminos de innovación (para) proyectar, en su exacta dimensión y con toda oportunidad”, una estrategia de comunicación que informe a los ciudadanos de lo que hace el gobierno en beneficio de la sociedad.
Por ahí va la cosa…