“Don Bosco realiza su santidad personal en la educación” (Juan Pablo II, Carta Juvenum Patris, 5).
De esta experiencia surge su praxis pastoral y su estilo pedagógico. Vida espiritual, compromiso apostólico, método educativo son tres aspectos de una única realidad: el amor, la caridad pastoral que unifica y mueve toda la existencia: ser en la Iglesia signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes.
“Este sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor” (Don Bosco).
Una Metodología Pedagógica (Pedagogía)
Una Propuesta de Evangelización Juvenil (Pastoral)
Una Experiencia Espiritual (Espiritualidad).
El Sistema Preventivo es también una metodología pedagógica caracterizada por:
Esta propuesta original de evangelización juvenil parte del encuentro con los jóvenes donde éstos se encuentran, valorizando el patrimonio natural y sobrenatural que todo joven lleva consigo, en un ambiente educativo cargado de vida y rico en propuestas; se actúa a través de un itinerario educativo que privilegia a los últimos y a los más pobres; promueve el desarrollo de los recursos positivos que tienen y propone una forma particular de vida cristiana y de santidad juvenil.
Este
proyecto original de vida cristiana se organiza alrededor de algunas experiencias de fe, opciones de valores y actitudes evangélicas que constituyen la Espiritualidad Juvenil Salesiana (EJS).
El Sistema Preventivo encuentra su fuente y su centro en la experiencia de la caridad de Dios, que previene a toda criatura con su Providencia, la acompaña con su presencia y la salva dando la vida.
Esta experiencia dispone al educador para acoger a Dios en los jóvenes, convencido de que en ellos Dios le ofrece la gracia del encuentro con Él y lo llama a servirle en ellos, reconociendo su dignidad, renovando la confianza en sus recursos de bien y educándolos para la plenitud de la vida.
Esta caridad pastoral crea una relación educativa a la medida del adolescente y del adolescente pobre, fruto de la convicción de que toda vida, aún la más pobre, compleja y precaria, tiene en sí misma, por la presencia misteriosa del Espíritu, la fuerza de la liberación y la semilla de la felicidad.