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Cuando rezar por la sanación da resultado –y cuando no

Cuando rezar por la sanación da resultado –y cuando no


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Christina Levasheff creía que la medicina podía mantener bien a su hijo. Pero cuando los médicos no le dieron ninguna respuesta para la Leucodistrofia de tipo Krabbe, la enfermedad genética que estaba destruyendo las células cerebrales de su bebé en edad de gatear, su marido y ella se volcaron a la oración.

“Cuando recibimos el diagnóstico terminal de los médicos, recuerdo que volvía en auto con mi marido y él dijo ‘Los médicos no pueden hacer nada, pero somos servidores de un Dios poderoso; roguémosle a Él’”.

Orar cuando se está enfermo –o cuando un amigo o miembro de la familia no está bien- es quizás uno de los impulsos religiosos más comunes. Las tres religiones abrahámicas, el judaísmo, el cristianismo y el Islam, alientan esta práctica. Aproximadamente 60 por ciento de los musulmanes, 72 por ciento de los cristianos y 74 por ciento de los judíos han rezado pidiendo “ayuda para enfermedades específicas”, según un sondeo de Beliefnet/USNews de 2004. Unos 37 estados resguardan a los padres de la responsabilidad penal por elegir la oración antes que la medicina para sanar a sus hijos, y los legisladores de Idaho están debatiendo un proyecto de ley que reforzaría esa exención religiosa.

Si bien algunos observadores sugieren que el simple acto de rezar puede ser emocionalmente útil, los creyentes que esperan un resultado definido positivo- ya sea en un centro de renacimiento de la fe sanadora o en la tranquilidad de una capilla de hospital- deben confrontar a menudo sus creencias cuando la oración parece haber fracasado.

Para los Levasheff y otras personas entrevistadas para esta nota, la plegaria no respondida ofrece lecciones respecto de cómo relacionarse con Dios. Cuando buscaban la cura de su hijo, dijo Levasheff, su oración comenzó “un largo proceso para poder entender lo que significa rezar en la fe cuando verdaderamente en la tierra no hay nada que se pueda hacer”.

Las oraciones, en definitiva, no derivaron en la cura de Judson, que murió ocho semanas antes de cumplir los tres años. Levasheff relató la lucha llena de oración en su memoria autobiográfica “Eyes That See”.

Oración para la sanación

Tanto los judíos como los musulmanes tienen oraciones litúrgicas específicas que se pueden decir cuando se busca una curación, al igual que la iglesia católica. El Libro de Oración Común, utilizado principalmente en las iglesias anglicana y episcopal, contiene plegarias específicas para lo que llama “Asistencia al enfermo”.

La práctica tiene raíces bíblicas: el primer relato registrado de una plegaria atendida por una sanación se encuentra en el Génesis cuando Abraham rezó por Abimelek y su hogar. Once siglos antes, la oración de David para salvar a su hijo nacido de su unión ilícita con Betsabé resultó fútil, como se registra en el Segundo Libro de Samuel. En el Nuevo Testamento, el ministerio de Jesús estuvo repleto de relatos de ruegos de curación atendidos, tanto de Jesús como de sus discípulos.

Basando sus reclamos en pasajes del Nuevo Testamento, existen grupos dentro del Cristianismo Pentecostal cuyas enseñanzas señalan que la fe en Jesucristo garantiza a los creyentes todo lo que deseen, incluida la curación. Si bien esa creencia no es representativa de la fe protestante o evangélica mayoritaria, es popular no obstante en Norteamérica y lo ha sido durante décadas. El difunto Oral Roberts, que adquirió fama a nivel nacional por sus oraciones de sanación, dijo que el versículo de Marcos 11:24, donde se promete a los que tengan fe que “todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis”, lo sacó de su lecho de muerte a causa de una tuberculosis en 1935.

Uno de los defensores actuales más importantes de esa enseñanza de la “palabra de fe” es Creflo Dollar, que dirige la World Changers Church International con 30.000 miembros en College Park, Georgia. Para Dollar, un cristiano puede esperar la curación en respuesta a una oración.

“La sanación es parte de la obra consumada de Jesucristo, se hizo hace 2.000 años, y estamos creyendo en lo que recibimos”, dijo Dollar, que fue formado por Roberts. “Es allí donde interviene nuestra fe. Nuestra fe no debe ser usada para tratar de conseguir que Dios nos cure, sino recibir lo que Dios ya ha hecho”.

El Islam tiene plegarias litúrgicas por los enfermos, que caen en una categoría conocida como “du’a” en árabe, o sea “súplica personal”, dijo el erudito islámico Salih Yucel, que ha estudiado la relación entre oración y sanación para su libro de 2010 “Prayer and Healing in Islam”. La enfermedad era a menudo un momento particularmente especial para la oración, dijo.

“En la tradición islámica, si alguien está enfermo, está más cerca de Dios que todos los demás” porque está centrado en su situación y no se distrae con preocupaciones materiales, dijo.

Objeto de la oración

Bill Newcott escribió sobre la oración y la sanación en la revista AARP y experimentó en qué medida la evolución de una enfermedad puede cambiar el énfasis de las oraciones por la sanación. Perdió a su esposa Cindy a causa de un cáncer de ovario hace cuatro años.

“Al principio rezábamos para que mejorara”, dijo Newcott. “Más tarde, rezábamos por la sabiduría de sus médicos y luego para que ella pudiera manejar bien sus tratamientos. A medida que la enfermedad avanzaba, rezábamos por distintas cosas, pidiendo fuerza y resistencia”.

Newcott comentó que continúa rezando, pese a haber perdido a la mujer que llamaba “mi amorcito del secundario”, con quien estuvo casado 36 años.

“Sé que hay quienes usan la tragedia en sus vidas para decir ‘Se acabó, no rezo más’, y tienen derecho a hacerlo, pero algunos pensamos que la vida es en realidad un viaje”, dijo. Señalando que envejecer cambia la forma de pensar de una persona respecto de temas que van de la Seguridad Social a la salud y las relaciones, es “natural que pensemos la oración de otra manera”, dijo.

Pensar la oración de otra manera es algo que también vivieron los Levasheff. Christina y su marido, Drake, que tiene un doctorado en historia cristiana primitiva de la Universidad de California en Los Ángeles, se consideraban cristianos no practicantes, pero a lo largo de la enfermedad de su hijo, los dos visitaron lugares de oración que eran menos conocidos para ellos.

“Terminamos llevando a Jud a algunos de esos ministerios que rezan por los enfermos. Fue una presión muy fuerte; me costó mucho. Era culturalmente muy distinto de todas las cosas en las que había participado”, recordó. “En ese momento, en ese momento de desesperación en que uno desea hacer lo que sea por su hijo, lo hace. Es ese deseo… en muchos sentidos hicimos todo lo que pudimos para poner a nuestro hijo a los pies de Jesús”.

Cuando su hijo murió, Christina dijo que quedó con una “gran herida” y “que luchó por superarla” con “oraciones de lamento y lucha”. Al final, no obstante, llegó la aceptación.

“La oración no tiene que ver con conseguir lo que se quiere”, dijo. “Sé que nosotros nos acercamos de esa manera, pero creo que Dios estaba haciendo algo en mi corazón mientras yo le pedía que sanara a mi hijo; estaba atrayéndome hacia una relación más profunda con Él. Yo sentía su presencia y su amor de una manera profunda mientras Judson se debatía por su vida; literalmente yo le suplicaba, de rodillas”.

Aceptar la voluntad de Dios es algo que Tanya Luhrmann, antropóloga, ve como un elemento importante de la oración. Su libro publicado en 2012, “When God Talks Back”, aborda la forma en que los evangélicos estadounidenses “se relacionan” con Dios, y aunque ella no toma una posición respecto de la existencia de Dios, ve un gran valor en la oración.

“Estoy convencida de que la oración es hablar a Dios, y es un sistema notable para calmarse de alguna manera y concentrarse en lo positivo y reorientarse en el mundo”, dijo Luhrmann, profesora de la Universidad Stanford. En lugar de ver a Dios como un “Santa Claus”, celestial, dijo, es más útil concentrarse en la relación personal con la divinidad.

“Para que una persona disponga de una manera más saludable de emplear la oración, debe considerarla capaz de darle esperanza antes de que sobrevenga el desenlace, pero debe referirse principalmente a la relación”, dijo. “La oración nos da una esperanza en caso de un final diferente”.

¿Su investigación sobre la oración cambió sus prácticas? “Tengo una idea mucho más rica de las posibilidades del mundo”, respondió Luhrmann. “Ciertamente”.

Oración y medicina

Contrariamente a los que creen en el mensaje de que sólo la fe puede sanar, Dollar dijo que la atención médica no es una zona vedada.

“Dios no está en contra de la medicina”, explicó. “A veces, Dios nos habla acerca de una visita a un médico… Cuando rezamos, estamos rezando a Dios pero también tratando de escuchar alguna indicación”.

Esa idea, dijo Dollar, lo llevó a buscar un tratamiento de Ultrasonido Focalizado de Alta Densidad en Canadá cuando le diagnosticaron cáncer de próstata. El evangelista dijo que lo curó el tratamiento.

“Creo en los milagros, pero también caminamos bajo las bendiciones de Dios, cada día Dios puede llevarnos a hacer cosas para vivir mejor nuestras vidas”, dijo.

El Islam enseña que quienes están enfermos deben buscar ayuda médica además de la ayuda de Dios, dijo Yucel.

“Si (los musulmanes) no buscan tratamiento, es algo contrario a la tradición islámica”, dijo. “El cuerpo es un don, y el humano debe proteger ese don.

Cuando se abandona la medicina para depender únicamente de la oración y otro “tratamiento espiritual” puede intervenir la ley, derivando en cargos penales contra los padres o los custodios. En febrero, la Corte Suprema del estado de Tennessee ratificó la condena por delito dictada en 2012 constra Jacqueline Crank, cuya hija de 15 años había muerto a causa de un Sarcoma de Ewing, un raro cáncer de huesos, 10 años antes. Crank había rechazado la atención médica optando por la sanación por la oración.

Los miembros de los Seguidores de Cristo de Idaho han enterrado a 200 de sus niños pequeños, y muchas de esas muertes se relacionan con el rechazo del grupo de la atención médica a favor de la sanación por la fe, informó Idaho Press-Statesman.

Un proyecto de ley que aprobó la Cámara de Idaho el mes pasado dijo que los padres y los custodios legales “tienen un derecho fundamental de decidir sobre la atención, la custodia, la educación y el control de sus hijos”. Los defensores del proyecto sostienen que el enunciado se propone salvaguardar las decisiones educativas, en tanto varios detractores, lo ven como una manera de aumentar las protecciones para la sanación por la fe, dijo Press-Statesman.

En un informe de 2013, la Asociación Nacional de Fiscales de Distrito dijo que 37 estados, además del Distrito de Columbia y Guam, “tienen leyes conforme las cuales los padres o los cuidadores que no proveen asistencia médica a un niño debido a sus creencias religiosas no son responsables penalmente por el daño al niño”.

Cuando Dios dice ‘no’

Pese a que los creyentes en la palabra de fe hacen hincapié en el pasaje del Nuevo Testamento de Santiago 5:16, “La oración ferviente del justo tiene mucho poder” –la respuesta a dichos ruegos puede, en algunos casos, ser “No”. Dollar ha dicho que no siempre sabe por qué algunas peticiones son rechazadas.

“Hay muchísimas cosas que no sé sobre un individuo, sobre su relación con Dios, sobre su comprensión”, dijo Dollar. “Y hay muchísimas cosas que no sé sobre Dios… No presumiré de tener la respuesta exacta acerca de por qué algunos se curan y otros no”.

Sortear esa incertidumbre puede tener un impacto profundo tanto en el clero como en los feligreses.

La rabino Rebecca Sirbu, perteneciente al clero judío en la ciudad de Nueva York y capellana de hospital, sabe lo que es recibir un “no” en respuesta a una oración por alguien que está enfermo.

Sirbu mencionó a una amiga, una mujer con hijos pequeños en su casa, que había recibido un diagnóstico de cáncer. Sirbu fue persistente: “Recé todos los días, desde el momento de su diagnóstico hasta el día de su muerte, para que fuera sanada”.

De todos modos, la amiga de Sirbu sucumbió.

“Es muy duro”, dijo Sirbu, que dirige Rabbis Without Borders en CLAL, el Centro Nacional Judíos para la Enseñanza y el Liderazgo. “No tenga ninguna duda de que estaba enojada con Dios, y dije algunas cositas dirigidas a Dios”.

Pero al igual que otros que buscan consuelo, Sirbu siguió rezando, y el énfasis de sus peticiones cambió.

“Ahora, rezo para que sus hijos tengan el apoyo que necesitan. Rezo para que su marido tenga la fuerza de seguir adelante”, dijo. “Sigo rezando, pero mi foco cambió”.

Yucel, profesor adjunto en el Centro de Estudios Islámicos y Civilización de la Universidad Charles Sturt en Sidney, Australia, dijo que en el Islam, si bien Dios escucha todas las plegarias, no todos los solicitantes reciben lo que piden.

“A veces, una persona está pidiéndole algo a Dios, pero no es bueno para ella”, dijo. “La creencia es que todas las oraciones son respondidas. Tarde o temprano, o en el más allá”.

Alguien que pide una du’a, o súplica personal, islámica para curarse necesita reconocer el rol central de Dios en ese proceso para aceptar mejor el desenlace dijo Yucel.

“El cuerpo y todo en el universo pertenece a Dios”, dijo. “Dios quiere mostrar cuáles los modos que Él emplea a los seres humanos. Si las personas no se enferman, no saben quién es el sanador. Si no tienen hambre, no saben quién es el proveedor”. Email: mkellner@deseretnews.com Twitter: @Mark_Kellner

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Mark A. Kellner

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