ORACIÓN Y REFLEXION

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA,

PATRONA DE SOCHA BOYACÁ

 

 

Nuestra Señora de la Candelaria de Socha, Tú que eres nuestra patrona, nuestra madre: de la fe, la esperanza y amor, Tú que eres la estrella que ilumina la obra de la evangelización, guíanos y alúmbranos para seguir el camino, la verdad y la vida de tu Hijo Jesús, a fin de que viviendo de acuerdo a su palabra, disfrutemos, de salud mental, espiritual y corporal, construyendo cada día su Reino en base a la verdad, la justicia, el amor y la paz. Nuestra Señora de la Candelaria, ayúdanos a vivir en la libertad de los hijos de Dios. Así sea.

 

HIMNO A LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

(Patrona de Socha)

Letra y música: JOSÉ MIGUEL ZABALA SUÁREZ

(Estrenado el 07 de febrero de 2016 en la Solemne 

fiesta de la Virgen

 

CORO

VIRGENCITA BELLA DE LA CANDELARIA

MADRE DE DIOS HIJO, PURA Y CELESTIAL

PATRONA DE SOCHA POR MANDAR DIVINO;

ESTRELLA RADIANTE, ANTORCHA PERENNE,

LUZ DE ETERNIDAD.(Bis)

I

LOS SOCHANOS EN CORO TE IMPLORAN,

QUE TU MANTO DE AMOR MATERNAL,

NOS COBIJE, ABRIGUE Y RESGUARDE

DE LAS FUERZAS DE SOMBRA MALDAD.

QUE LA PAZ, EL AMOR, LA TERNURA

SEAN EL ARA DE ESTE GRAN HOGAR

QUE LOS HIJOS Y PADRES CULTIVEN

LOS VALORES DE DATA ANCESTRAL.

 

II

LA NIÑEZ, LOS ADULTOS, LOS VIEJOS

ENTREGAMOS DE OFRENDA EN TU ALTAR

NUESTRAS VIDAS PROYECTOS Y SUEÑOS:

PAZ, PROGRESO, JUSTICIA, EQUIDAD.

QUE LA LLUVIA BENDITA DEL CIELO

EN LA SIEMBRA NOS REGALE EL PAN

QUE LAS GENTES TRABAJEN FELICES

Y EL ESFUERZO SEA PROSPERIDAD.

 

  

ORACIONES Y REFLEXIONES DE ALGUNOS SANTOS ACERCA DE LA VIRGEN MARÍA  

 

Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María.

Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María.

Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María.

Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María.

En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas.

Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara

San Bernardo
 

 

Hom. sobre la Virgen Madre, 2

En todas nuestras penas, sean del alma, sean del cuerpo, después de Dios, hemos de concebir una gran confianza en la Virgen María.

Santo Cura de Ars

 

Sermón sobre la esperanza

María es el tesoro de Dios y la tesorera de todas las misericordias que nos quiere dispensar

San Alfonso Mª Ligorio

 

Visitas al Stmo. Sacramento, 25

Honra, reverencia y respeta con especial amor a la sagrada y gloriosa Virgen María, porque es Madre de nuestro Padre soberano y, por consiguiente, nuestra gran Madre. Recurramos, pues, a ella, y como hijuelos suyos echémonos en su regazo en todo tiempo y ocurrencia, con firmisima confianza; invoquemos a esta dulce Madre, imploremos su amor maternal, procuremos imitar sus virtudes y tengamos un afecto verdaderamente filial con esta Señora

San Francisco de Sales

LA FE

 

Bien sabemos que la fe implica mi adhesión total e incondicional a Dios. Sin ella, mi vida Cristiana sería inerte. El Señor entra en mi vida y me concede tener esa fe en Él. Es una semilla que si la voy cultivando, puede dar excelentes frutos.

 

Cuando el Señor nos invita a estar reunidos en su nombre, también nos convoca a compartir nuestra fe con el prójimo. Dar y recibir es un movimiento que implica enriquecimiento mutuo.

 

La Iglesia Católica, como comunidad de creyentes, me ofrece la posibilidad de celebrar mi fe y compartirla en sociedad. La fe me lleva a enseñar mi experiencia de Dios a los demás.

 

Cuando llevan a aquel hombre paralítico y lo bajan por el entejado hasta el lugar donde está Jesús, vemos la fe de quienes mueven obstáculos contal de lograr lo que desean.

 

Jesús sana, cura y salva, en algunas ocasiones añade "tu fe te ha salvado" (Mt 9, 22). Esa adhesión total e incondicional a Dios es lo que nos lleva a tener plena seguridad y garantía en su obrar.

 

ORACION


Dios nuestro, te damos gracias por la fe, que nos diste de Tu Hijo Jesucristo, concédenos, no dejar que se apague esa llamita, sino que día a día la fortalezcamos y la compartamos con nuestros hermanos.  Que el año de la fe, que estamos por comenzar, sea fundamento para crecer como Iglesia de fe, esperanza y caridad.  Amén.

EL CREDO CRISTIANO EN EL AÑO DE

 

LA FE

 


El Credo es la profesión de fe del católico y del cristiano, es la oración aprobada por la Iglesia de Cristo para que todos los días la recemos y que en las misas dominicales lo hagamos en comunidad. Ya sea con el Credo de los Apóstoles (corto) o el credo niceo-constantinopolitano (largo) estamos en el deber de reflexionar en cada una de sus palabras y de sus afirmaciones, que representan la verdad revelada por Dios. El Papa Benedicto XVI, el Vicario de Cristo en la tierra, decretó la celebración en la Iglesia Universal del AÑO DE LA FE, mediante su Carta Apostólica del 11-10-2011: PORTA FIDEI, documento que tiene Ud, a sus manos en el Pan Diario de La palabra del mes de julio y agosto en las paginas finales, o la puede bajar por Internet, y conocerá la razón de ser de la convocatoria pontificia y los objetivos que se persiguen para la reconquista de esta virtud, para su conservación permanente, su vivencia y los propósitos de salvación para toda la vida, la cual permitirá luchar contra el maligno, contra la acedia, contra el relativismo y el secularismo, que se ha venido instalando en los corazones de los hombre en nuestro tiempo. El Santo Padre propone celebrar el año de la fe desde el 11 de octubre del 2012 hasta el 24 de noviembre del 2013, se iniciará con la Asamblea General del Sínodo de los Obispos el mismo mes de octubre, sobre el tema la Nueva Evangelización para la trasmisión de la fe cristiana, será una ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe, con la exhortación a todos para que se utilice el auxilio y guía del Catecismo de la Iglesia Católica.

La Lex credenti de la doctrina se sintetiza en el contenido del Credo católico que las grandes mayorías de creyentes conocen o por lo menos han oído o rezado alguna vez, muchas veces en forma superficial, sin hacer reflexión de lo que afirma ni mucho menos meditar sus contenidos. Intentamos en este artículo hacer algunas consideraciones; tanto en el credo corto como en el largo se establecen dogmas de La Iglesia que son de obligatorio cumplimiento por el creyente, lo contrario sería anatema y por supuesto pecada grave. Empezamos: Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielos y de la tierra, de todo lo visible e invisible” confesamos creer en Dios hacedor de universo que existe y ha existido siempre, que todo lo puede y todo lo ve y rige los designios del mundo. Creo en un solo Señor Jesucristo, hijo único de Dios, creado no engendrado, de igual naturaleza que Padre, que por nosotros y nuestra salvación bajo del cielo y por obra de Dios Espíritu Santo se encarnó de María siempre Virgen, se hizo hombre, fue crucificado, murió y resucito al tercer día para la redención de todos. Al admitir estas verdades creo en el Dios Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero además creo en la Iglesia fundada por Cristo con Pedro su primer Pontífice, la cual es santa, una, única, católica y apostólica. Creo en los Sacramentos establecidos en la Iglesia por el mismo Cristo: Bautismo, Confirmación, Confesión, Eucaristía, Matrimonio, Orden Sacerdotal y Unción de los enfermos. Todas estas afirmaciones de nuestra confesión son dogmas de la iglesia, y estamos obligados a cumplir, a promover, a extender y defender en este año de la fe y por siempre.

Que la jerarquía diocesana, las parroquias, los sacerdotes, diáconos y laicos, colegios católicos, movimientos de apostolado y el pueblo en general de Dios, nos dispongamos a emprender esta gran empresa para que los frutos que recojamos en el año de la Porta Fidei sean abundantes y por siempre. Amen