sábado, 7 de marzo de 2015

Regalar (se)


En una de las últimas llamadas de teléfono a Logroño, me informa mi madre (no sé si para darme envidia) que ha estado regalando manteca para hacer una sobada de chinchorras.
Puede que en algunas zonas de España no nos entendieran si nos escuchan decir que “en verano la nieve o los helados tienen una tendencia fatal a regalarse” ( y no es que los den gratis por las esquinas) También pueden mostrar extrañeza si decimos que “una castaña (onza) de chocolate se regala si la llevas mucho tiempo en el bolsillo o la aguantas entre los dedos sin decidirte a comerla”. O que la manteca hay que regalarla en la matanza para hacer los chorizos o podemos regalar una poca para preparar una sobada de chinchorras como me decía mi madre. Y es que para los riojanos regalarse es sinónimo de derretirse.
No es que los riojanos seamos bichos raros o mal hablados, eh! Es palabra antigua que ya recoge Covarrubias en 1611. Actualmente esta acepción de la palabra se puede escuchar también en el sur de Navarra, norte de Soria. En catalán se conserva el significado ( “les aygües regalades en el estíu” o “la cera acostada al foch se regala). Incluso he podido saber que “se régaler”, en francés, en la forma reflexiva, puede llegar a significar derretirse, en el sentido de disfrutar mucho de algo. E incluso si nos vamos geográficamente más lejos podemos encontrarnos (según Alcalá Venceslada, 1951) con que en Andalucía se hace una distinción entre la nieve “regalona”, la de copos grandes y poco compactos ( más cerca del estado de “liquidación” , frente a la nieve létrica de copos pequeños y condensados.
El propio diccionario de la real Academia ( DRAE) recoge dos acepciones de las que la segunda es la usada en estas zonas :
regalar2.(Del lat. regelāre, deshelar). 
1. tr. derretir (‖ liquidar por medio del calor). U. t. c. prnl.

El uso de esta segunda acepción tan riojana viene de antiguo como podemos leer en nuestro paisano Gonzalo de Berceo y en el Libro de Alexandre.
Los omes cudiciosos del aver monedado,
que por ganar riqueza non dubdan fer peccado,
          metranlis [les meteran]por las bocas el oro regalado,
         diran que non oviesen atal aver ganado.
Berceo, De los signos que apareceran ante del juicio (s. XIII).
Clérigos nen cavalleros que fazen symonías
non serán ende menos para las çapatas mías
y el plomo regalado bevran todos los días.
Libro de Alexandre, 2202c

Más complicado parece el acuerdo en cuanto a la etimología . El diccionario de la real Academia sugiere el origen latino desde la forma regelare que traduce como deshelar Aunque habitualmente asociamos este prefijo re- a la idea de repetición o énfasis ( lo que nos llevaría a pensar en el significado contrario -volver a helar-) lo cierto es que también podemos encontrar re- con el sentido de negación o inversión del significado el término principal, como el prefijo des- (reprobar como desaprobar). Como indica el diccionario Larousse de 2007. 
Otra linea de explicación etimológica (Corominas) hace derivar la palabra de un término calescere (calentar) y aquí el prefijo si tendria el sentido de énfasis antes apuntado.. Posteriormente la mutación entre las velares “c” y “g” sigue una linea habitual en la evolución de las palabras del latín al castellano.

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