• Más de 29 millones
de agricultores no pueden adquirir la canasta básica, y sólo
3.9 millones de personas tienen acceso a algunos productos que la
integran, informaron académicos de la Facultad de Economía
• En la última década, el costo del agotamiento
y la degradación ambiental provocados por el acuerdo trilateral
equivale al 10 por ciento del PIB, alrededor de 42 mil millones
de dólares
• Para diciembre de 2011, el 29 por ciento del total de tierras
ejidales y comunales se encontraban en proceso de cambio de dominio
para ser propiedad de empresas transnacionales
En México, el 72 por ciento de los
productores del campo están en quiebra. Entre 2006 y 2011,
las familias que vivían en el medio rural tuvieron una pérdida
acumulada del poder adquisitivo del 44 por ciento, más de 29.2
millones de agricultores no contaban con acceso a la canasta básica,
y sólo 3.9 millones pudieron consumir algunos productos que
la integran, informaron académicos de la Facultad de Economía
(FE) de la UNAM.
Además, sus comunidades están
desmembradas y la migración a Estados Unidos explica la desarticulación
del tejido social en las poblaciones campesinas del país. En
algunos lugares, ocho de cada 10 integrantes de una familia se desplazan
a esa nación, advierte el estudio Resultados de 18 años
del TLCAN y 20 años de las modificaciones al artículo
27 constitucional, elaborado por David Lozano Tovar, Luis Lozano
Arredondo, Guadalupe Zavala, Irma Otero Fonseca, Javier Lozano Tovar,
Jaime Vázquez y David Moctezuma, integrantes del Centro de
Análisis Multidisciplinario (CAM) de la FE.
El 81 por ciento de las remesas que enviaron
los migrantes el año pasado fue destinado al gasto en alimentos,
renta y salud; siete por ciento, al ahorro; seis por ciento, a gastos
escolares; uno por ciento, a negocios, y el cinco por ciento restante,
a gastos diversos. Nuestro país sobrevive con los más
de 23 mil millones de dólares que mandan los mexicanos que
residen en la Unión Americana.
Quienes trabajan en el vecino país
del norte cuentan con pésimas condiciones laborales y sueldos
poco competitivos. El ingreso mensual del siete por ciento de los
migrantes equivale a mil 600 pesos; 44 por ciento gana entre mil 600
y cuatro mil pesos, y el 24 por ciento, entre cuatro mil y seis mil
400 pesos al mes.
La problemática
Entre 1970 y 1979, la población nacional
era 70 por ciento urbana y 30 por ciento rural. En 2010, el 22 por
ciento de los mexicanos vivía en comunidades agrícolas,
y el 78 por ciento en ciudades, como resultado del constante deterioro
de las condiciones de vida en el campo.
Además, añade, el 88 por ciento
de los connacionales en el país cuenta con el recurso hídrico,
mientras que sólo el 68.7 de las comunidades agrarias pueden
disponer del líquido; en el área urbana, el 78.1 de
la población tiene acceso a drenaje, mientras que en el medio
rural, sólo el 38.2 por ciento cuenta con el servicio.
La cobertura de electrificación es
del 95 por ciento, y en el campo, de 68 por ciento. El grado de marginación
y el acceso limitado a servicios de agua potable, drenaje y energía
eléctrica en el agro es similar al de 1933, se considera en
el documento.
En febrero de 2010, más de 32 millones
de mexicanos se encontraban en el sector, y de éstos, sólo
8.5 millones estaban ocupados en actividades agrícolas y ganaderas.
Del total, el 34 por ciento no recibían ingreso -10.2 millones-;
25 por ciento percibían hasta un salario mínimo -8.7
millones-; 27.9 por ciento, de uno hasta dos salarios mínimos
-8.4-; siete por ciento, de dos hasta cinco -2.1 millones-, y sólo
6.1 por ciento de los obreros agrícolas recibía un ingreso
superior a cinco minisalarios, 1.8 millones de personas.
La deforestación y el mal manejo de
los recursos en el campo, señalan los universitarios, agudizan
la situación de las familias campesinas, y dejan el escenario
para la eventual incorporación a la pobreza de cinco millones
de mexicanos en este año.
En la región del Pacífico Sur
y la Península de Yucatán, zonas caracterizadas por
sus actividades agrícolas y el predominio de la población
indígena, al concentrar el 56.2 por ciento del total nacional,
se registran los indicadores de bienestar más bajos de México.
El 70 por ciento de la población en esas regiones es urbana,
aunque concentran el mayor porcentaje de analfabetas del país
y el menor número de escuelas a nivel nacional, ejemplifican.
Artículo 27
En tanto, a 20 años de la reforma
al artículo 27 constitucional, las comunidades indígenas
organizadas bajo la modalidad de tierra colectiva están desmanteladas
y la participación del sector primario en el Producto Interno
Bruto (PIB) se redujo, lo que se traduce en un cambio paulatino de
posesión de la tierra, y en un despoblamiento gradual y constante
del campo.
El 51.3 por ciento de los ejidatarios poseen
sólo 13 por ciento del total de las tierras nacionales. Para
diciembre de 2011, de acuerdo al Centro de Estudios y Publicaciones
de la Procuraduría Agraria, el 29 por ciento del total de tierras
ejidales y comunales se encontraba en proceso de cambio de dominio
para ser propiedad de empresas transnacionales.
Además, la apertura comercial significó
que México dependiera de las importaciones de maíz proveniente
de Estados Unidos, mismas que se multiplicaron por 15 desde 1994.
El valor de las exportaciones agrícolas
del vecino del norte al país, pasó de tres mil 476 millones
de dólares entre 1991 y 1993, previo a la entrada en vigor
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
a siete mil 516 millones en el último trienio, lo que representó
un incremento del 116 por ciento, según el reporte del Departamento
de Agricultura de Estados Unidos, refieren.
El costo del agotamiento y la degradación
ambiental provocados por el acuerdo trilateral equivalen, en la actualidad,
al 10 por ciento del PIB. En la última década, los daños
por contaminación ambiental alcanzaron en el país 42
mil millones de dólares.
México, añaden, ocupa el primer
lugar mundial en deforestación: 731 mil hectáreas al
año. Entre 1990 y 1999, el área cubierta con tierras
forestales se redujo de 32 al 28 por ciento, mientras que las emisiones
de bióxido de carbono crecieron de 3.7 a 3.9 toneladas métricas;
en EU y Canadá sucede lo contrario.
El TLC tiene efectos definitivos e irreversibles.
El flujo constante de migrantes separa familias y quiebra lazos comunitarios,
deja grandes zonas despobladas y devastadas ecológicamente,
que hoy son sitios difíciles de habitar por las implicaciones
a la salud provocadas por desechos tóxicos no regulados, concluyen.
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