Esperanza Aguirre

Un conocido común me ha comentado que para grabar su spot electoral de la última campaña se presentó con varias maletas de Louis Vuitton. ¿Qué llevaba en ellas, tal vez su ideario?

Jamás he tenido una maleta Louis Vuitton, y mi ideario lo resumía muy bien un periodista por mí hace sólo unos días: pensamiento positivo, no llorar sobre la leche derramada y pico y pala.

¿Se ve presidenta de Gobierno con ese ideario?

Ya soy presidenta de Gobierno. Soy la única mujer en España que preside un Gobierno autonómico, y para ello ha tenido que haber más de cien elecciones autonómicas en nuestro país. Mi ilusión es revalidar mi cargo.

Y con la experiencia de presidenta a la que alude, ¿qué no haría como presidenta de Gobierno que sí hizo José María Aznar?

Quizás no anunciaría que me iba a ir con tanta antelación.

Le comentaré un frase célebre de John Major: “El enemigo está en tu partido”.

La frase célebre no es ésa. Es ésta: “En política existen los adversarios, los enemigos y los compañeros de partido”, por orden inverso. Pero bueno, viene a ser la misma frase.

¿Algo que añadir?

Que los problemas y discrepancias y, quizás, las traiciones dentro un partido tal vez duelen más.

Su pelotera con Gallardón, ¿existe? ¿De qué va?

No existe, por lo que no hay mucho que explicar. El inquilino de la Plaza de la Villa y el inquilino de la Puerta del Sol desde siempre han rozado un poco. Tierno Galván con Leguina, éste con Barranco, Álvarez del Manzano con Gallardón, Gallardón conmigo... siempre hay alguna materia sobre la que se discrepa. Es verdad que yo me presenté a la presidencia del PP de Madrid en su momento y el señor Ruiz-Gallardón, que no se quería presentar, dijo que lo haría su segundo, Manuel Cobo. Yo obtuve el 92% de los votos y a partir de ahí ha quedado claro quién es el presidente de la comunidad y del partido.

Una rareza madrileña: ¿Por qué en la capital todo el mundo lleva medias de colores y en el resto del país no?

¿Las mujeres?

Principalmente.

Yo sólo tengo transparentes o negras. Puede que alguna azul marino...Yo lo que creo es que Madrid es una comunidad abierta.Aquí no le preguntamos a nadie dónde ha nacido, ni por el color de las medias.Tenemos ya un millón de madrileños que han venido de toda España y, últimamente, de todo el mundo, por eso le pedimos al Gobierno que reconozca que somos seis millones.

Uno lee a Foxá y puede llegar a la conclusión de que en los años 30 en Madrid se colgaba a las baronesas de los árboles, mientras que ahora se encadenan ellas solas. ¿Otra rareza madrileña?

En el tema de los árboles tengo una sensibilidad especial. He sido concejal de Medio Ambiente y he plantado cientos de miles de árboles en nuestras calles. Los árboles en las grandes ciudades son un regalo para los ciudadanos. Las calles arboladas con hoja caduca tienen cinco grados de temperatura menos; los niños que no han nacido en el campo agradecen ver la caída de la hoja, la floración. En ese sentido, la baronesa y su aprecio por los árboles de uno de los paseos más emblemáticos de Madrid tiene todo mi respaldo.Ya dije que mientras sea presidenta los árboles del Paseo del Prado ni se cortarán ni se transplantarán.

Hoy he estado en Barcelona y en Bilbao y en las dos ciudades hay menos banderas locales que aquí españolas. ¿Qué ilustra este detalle?

En este balcón histórico, desde el que se proclamó la República, ondean las bandera española, la de la comunidad y la de la Unión Europea. ¿Ve usted muchas banderas españolas en Madrid? A mí me parece que tendría que haber más.

Otra originalidad local son los titulares de la prensa. Hoy, tanto en Barcelona como en Bilbao ETA no aparecía en ninguna primera plana, mientras que aquí sí. ¿Por qué tanto apego informativo al tema vasco?

En Madrid se editan cuatro diarios nacionales y sus titulares son todos distintos entre ellos.Tienen una gran diferencia ideológica y sus portadas casi nunca coinciden. Eso es la libertad de expresión.

Me llama la atención la diferencia de participación en una manifestación madrileña, según la contabilice la comunidad o un medio internacional.

La última gran manifestación tuvo lugar en la plaza de Colón. La ocupación de la plaza era, según fotos aéreas, la misma que cuando nos visitó Juan Pablo II, en 2003. La misma. Pues bien, el diario El País hablaba entonces de un millón de personas y ahora rebajaba la cifra a doscientas mil personas. Hay para todos los gustos.

Acabando, ¿la nueva Terminal 4 del aeropuerto de Barajas es una metáfora de Madrid?

Espero que no. Los madrileños estamos desesperados con el tema de los aviones. Para un vuelo de bajo coste debemos ir a Salamanca o Valladolid. Ayer viajé a San Sebastián y por el monopolio de Iberia cuesta 600 euros. Queremos el bajo coste, no que un billete nos cueste el triple.