2. RUBENS
Pintor flamenco. Fue la gran figura del Barroco en
la Europa septentrional. Las fuentes lo recuerdan
como un gran humanista, un idealista clarividente,
hombre reservado y honesto que despreció la
actitud arrogante de los poderosos. Tuvo más
influencia que Rembrandt a pesar de que a su
pintura grandilocuente le falta algo de sinceridad.
3. RUBENS
En razón de las creencias religiosas de su padre,
un abogado calvinista, pasó su primera infancia en
Siegen y Colonia. En 1587, la muerte de su
progenitor le permitió desplazarse a Amberes,
donde estudió pintura con tres artistas poco
conocidos; uno de ellos, Otto Vaenius, le indujo a
realizar el tradicional viaje a Italia, que resultó
decisivo para la formación del artista.
4. RUBENS
A lo largo de ocho años (1600-1608), recorrió los
principales centros artísticos italianos y copió obras
maestras para la colección de su mentor, el duque
de Mantua. Durante el período italiano produjo sus
primeras obras (La exaltación de la cruz, El
bautismo de Cristo), muy influidas todavía por la
pintura italiana y alejadas de su estilo de madurez.
Lo más relevante de esta época es seguramente la
serie de retratos aristocráticos que pintó en
Génova.
5. RUBENS
Después de un viaje a España, adonde fue enviado
por el duque de Mantua para llevarle unos
presentes a Felipe III y donde realizó algunas
obras, en 1608 regresó a Amberes debido a una
grave enfermedad de su madre y se estableció
definitivamente en esta ciudad, que sólo abandonó
más adelante para la ejecución de encargos
concretos. Abrió en Amberes una casa-taller en la
que, con la colaboración de numerosos ayudantes
especializados, ejecutó gran número de obras en
respuesta a la multitud de encargos que recibía.
6. RUBENS
En las realizaciones de los años 1601-1614 (Adoración
de los Magos,Anunciación, El descendimiento de la
cruz), la personalidad artística de Rubens aparece ya
definitivamente formada: grandiosidad y sentido
dramático, dinamismo intenso, pasión por el dibujo.
Paulatinamente, los intereses del artista se amplían y
añade el género mitológico al religioso, así como el
paisaje y el género costumbrista. Mitológicas son, de
hecho, algunas de sus obras más conocidas, como Las
tres Gracias, el Rapto de las hijas de Leucipo o Diana y
las ninfas, en las que resulta evidente la inclinación del
artista hacia las musculaturas poderosas, las carnes
sonrosadas y exuberantes y las tonalidades claras y
alegres.
7. RUBENS
A partir de 1620 recibió importantes encargos de
varias cortes europeas, entre ellos el de la historia
de María de Médicis para el palacio del
Luxemburgo de París y la decoración del salón de
banquetes (banquetinghouse) del palacio de
Whitehall, en Londres. En estas obras destinadas a
la decoración de amplios ambientes, el genio pudo
dar rienda suelta a su sentido monumental y
decorativo de la pintura a través de enormes
frescos cargados de figuras y de motivos
ornamentales, en los cuales la composición se
basa en grandes líneas diagonales que añaden, si
cabe, mayor sensación de movimiento al conjunto.
8. RUBENS
En su faceta de retratista, Rubens se inclinó por la
idealización de los rostros y la magnificencia de las
actitudes; además de personajes importantes,
retrató en obras encantadoras a sus dos esposas,
Isabel Brandt y Helena Fourment; la primera murió
en 1626 y cuatro años más tarde, en 1630, Rubens
contrajo matrimonio con la segunda, una hermosa
joven a la sazón de dieciséis años, a quien conocía
desde niña.