Venerable Hermano Alfano 

Autor: Hno. José Diez Villacorta

Fuente: Red Informativa de la familia marista 

 

El Hermano Alfano es el primer Hermano Marista italiano. Nació en el municipio de Hône (Valle de Aosta, Italia), en una cabaña ( foto de la izquierda ) del lugar denominado Salasin en lo alto de la montaña donde sus padres habían llevado a pastar a los animales los meses de verano. Bajado en una cesta al día siguiente, fue bautizado en la iglesia parroquial de Hône con los nombres de Charles Joseph (entonces el francés era la lengua común del Valle de Aosta). 

Era el noveno de los 11 hijos que tendría el matrimonio Vaser, 6 varones y 5 mujeres, matrimonio campesino dedicado al cultivo de la tierra y al pastoreo del ganado. Giuseppino (así lo llamaron siempre en familia) hizo sus estudios primarios con el maestro del pueblo. Hizo su primera comunión el 25 de mayo de 1884. 

Como sus padres lo destinaban al sacerdocio, le hicieron seguir cursos de latín con el sacerdote de la parroquia.Pero a Giuseppino le atrajo más la docencia de los niños, como su maestro, que la vida solitaria de la casa parroquial y el encierro del confesonario.

LA VOCACIÓN 
El llamado del Señor se hizo sentir a través de un Hermano Marista francés de Saint-Paul-Trois-Châteaux en busca de vocaciones por esos lares de profunda fe cristiana y de habla francesa. Es el año 1886 y Giuseppino tiene 13 años.

Reviste el hábito religioso Marista el 2 de febrero de 1890 con el nombre de Hermano Alfano. Y al año siguiente obtiene el "Brevet de capacité", primera meta de su formación profesional y es destinado a Roma, donde funcionaba desde 1886 la primera escuela elemental Marista de Italia con el nombre de "San Leone Magno" en honor del Papa León XIII. Saint-Paul-Trois-Châteaux 

A la vez que enseña a los más pequeños, estudia y va obteniendo los títulos académicos italianos: en 1895 el de Maestro de la Escuela Normal, y en 1898 el de Profesor de Francés.

EL FORMADOR 
En 1903 es destinado a Ventimiglia, pequeña ciudad de frontera, para enseñar Lengua y Literatura italianas a los formandos Maristas, tanto italianos como franceses. Pero pronto los Superiores ponen su mirada sobre sus cualidades de formador para la vida religiosa: en 1907 es nombrado "Maestro de novicios" y se traslada a Mondoví. Tiene 34 años. 

Cuando en 1910 el noviciado es trasladado, el Hermano Alfano vuelve a Ventimiglia, donde permanecerá hasta 1922. Nada menos que 226 Hermanos fueron por él formados, con un alto índice de perseverancia. Es particularmente de destacar su correspondencia con sus antiguos formandos durante la Iª guerra mundial (1914-1918) combatientes en los frentes. Así pudo mantenerlos en sintonía y unidos a la Congregación.

Dejado su cargo de Maestro de novicios en 1922, por causa de su delicada salud, pasa brevemente por Saint-Paul, Génova, y Mondoví, para volver de nuevo a Ventimiglia, esta vez como Director del Escolasticado, esto es responsable de los estudiantes Maristas tanto en su formación religiosa como académica. Con la reforma escolar italiana, el latín pasa a ser obligatorio en todas las escuelas, así que el Hermano Alfano, que sólo poseía los rudimentos de esta lengua de su preparación al Seminario, se lanza decidido al estudio de la lengua de Virgilio a los 50 años, dejando sorprendidos a sus profesores por su tenacidad y sus rápidos progresos. Llegó el Hermano Alfano a ser un latinista experto y un gran promotor de la preparación intelectual de los jóvenes Hermanos.

LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE 
El Hermano Alfano siempre fue de salud endeble. Un ataque que sufrió en 1905, debido al exceso de trabajo y el escaso tiempo dedicado al sueño, le dejó secuelas para el resto de su vida. 

Su gran dedicación al trabajo, tanto intelectual como material, su gran frugalidad en el comer, su poca inclinación a consultas médicas, el ajetreo y molestias producidas por la IIª guerra mundial (tuvo que evacuar a sus estudiantes primero a Mondoví y luego a Grugliasco), produjeron la grave crisis final en su salud. Desde 1940 tuvo que reducir al mínimo su actividad, y pronto suspenderla del todo, pues apenas podía caminar. Esta circunstancia lo llevó a renunciar (1941) a su cargo de Consejero Provincial del entonces Distrito de Italia (lo era desde 1934), dependiente de la Provincia francesa de Saint-Paul-Trois-Châteaux, de la cual había sido Consejero desde 1909. También había sido diputado a los Capítulos Generales 12º y 13º, en los años 1920 y 1932 respectivamente.

Durante su larga enfermedad fue, como lo había sido siempre, modelo de paciencia y de sereno abandono a la voluntad de Dios. Hizo de su lecho de dolor un centro de apostolado de la oración y de sacrificio. El 12 de febrero de 1943 recibió el Santo Viático y la solemne Unción de los enfermos. Y el miércoles 1º de marzo su santo patrono de bautismo, San José, vino a buscarlo para acompañarlo a la patria celestial. Fue sepultado en Ventimiglia en el panteón de los Hermanos, donde permaneció hasta el 22 de marzo de 1988.

En esta fecha su cuerpo fue exhumado y trasladado a la capilla del Instituto San Leone Magno en Roma donde, en espera de su beatificación, los alumnos y toda la comunidad educativa lo veneran como a su "santo educador".

EL MARISTA SANTO 
El Hermano Alfano fue un enamorado del Fundador, San Marcelino Champagnat, de quien quiso ser "una copia viviente" , e igualmente enamorado de su Instituto. Vivió un cabal espíritu de familia y amaba particularmente la Vida del Fundador y los libros de espiritualidad marista que él llamaba "il pane di casa nostra" (el pan de nuestra casa).

"Tengo un solo deseo: el bien del Instituto mediante la imitación del Fundador por parte de todos los Hermanos… El espíritu del Fundador es tan indispensable para los religiosos que sin él no es posible ni la gracia ni la virtud, ni la paz ni la felicidad en esta vida, ni la salvación eterna" - decía. 

Por eso, su santidad es de auténtico sello Marista: puso en práctica algunas de las ideas-fuerza de San Marcelino Champagnat: gustar y preferir "el pan de nuestra casa", ser "Regla viviente" para todos los Hermanos, ser amante rezador del santo Rosario, y esfuerzo continuado por conquistar "los tres primeros puestos": ante el Pesebre, ante la Cruz y ante el Sagrario.

Así lo testimonian los Hermanos que lo conocieron: "Vivía tan intensamente el espíritu de la Regla que se lo llamaba la Regla viviente. Viéndolo rezar y examinando su comportamiento se notaba que estaba empapado de la presencia de Dios y en continua meditación".

Los títulos marianos preferidos por el Hermano Alfano eran Madre Inmaculada y sobre todo el familiar del Padre Champagnat "nuestro Recurso ordinario". Rezaba, e invitaba a rezar cada día a todos el rosario completo: los 15 misterios. Él fue quien acuñó el apelativo marista de "rosariante" (rosariero) para el verdadero devoto de María. Escribió: "El Rosario es la oración predilecta de todo buen católico, adecuada a cualquier estado y condición; es fácil, dulce, noble; sirve al sano y al enfermo, es adecuada de día y de noche, en casa y en viaje, en el gozo y en la aflicción. El verdadero rosariero camina seguro hacia el Paraíso y la Santísima Virgen lo hará entrar".

Cada día recorría las estaciones del Vía Crucis por lo menos una vez. Había conseguido la autorización de sus Superiores para levantarse un rato antes por la mañana para iniciar la jornada con el ejercicio del Vía Crucis.

Vivir en presencia de Dios era para él seguir viviendo la presencia real de la Eucaristía después de haber oído Misa y comulgado diariamente. Por eso podía afirmar: "La oración vivida es la que anima todo… ¿Cómo llegar a la oración continua? Unificando nuestra vida: haciendo todo por Dios, de modo que la oración preceda a la acción, la acompañe y la continúe… En medio de cada acción, aún la más absorbente, tener siempre un ojo, un oído, una mano en Dios".

HACIA LA GLORIA 
En 1949 se inició el proceso regular de beatificación con el decreto del Obispo de Ventimiglia que creaba el tribunal de examen de los escritos del Hermano Alfano. Estos llenan 96 cuadernos, un total de 7.000 páginas, casi todas manuscritas. El Proceso canónico sobre sus virtudes pasó a la Sagrada Congregación de Ritos de Roma en el año 1951.

Tras el "voto afirmativo y unánime", en 1990, de los 9 Consultores Teólogos sobre la heroicidad de sus virtudes, su ratificación por los 12 Cardenales y Obispos, en 1991, el Papa Juan Pablo II ha firmado el decreto que proclama que el Siervo de Dios Hermano Alfano Vaser ha practicado en grado heroico las virtudes teologales y morales y las propias de su estado religioso, y que por lo tanto puede llevar adjunto el título de "Venerable".


Oración de Intercesión 

Señor, que has concedido al Venerable Hermano Alfano la gracia de seguir fielmente a Cristo pobre y humilde dándole la vocación de educador y apóstol, otórganos por su intercesión el seguir con generosidad nuestra vocación personal, religiosa o laical, en tu santo servicio y en el de nuestro prójimo. Concédenos, en especial, la gracia que hoy te pedimos ……………………………………...

Y tú, María, nuestra Buena Madre Inmaculada, glorifica aquí en la tierra a tu humilde hijo, el Hermano Alfano que tanto se empeñó en hacerte conocer y amar. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Venerable Hermano Alfano, ruega por nosotros.