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Un da la ratita estaba
barriendo su casita, cuando de repente en el suelo ve algo que brilla... una
moneda de oro. La ratita la recogi del suelo y se puso a pensar qu se
comprara con la moneda.
Ya s me comprar caramelos... uy no que me dolern los dientes. Pues
me comprare pasteles... uy no que me doler la barriguita. Ya lo s me
comprar un lacito de color rojo para mi rabito.
La ratita se guard su moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez
en el mercado le pidi al tendero un trozo de su mejor cinta roja. La compr
y volvi a su casita. Al da siguiente cuando la ratita presumida se levant se
puso su lacito en la colita y sali al balcn de su casa. En eso que aparece
un gallo y le dice:
Ratita, ratita t que eres tan bonita, te quieres casar
conmigo?.
Y la ratita le respondi: No s, no s, t por las noches qu
ruido haces?
Y el gallo le dice: quiquiriqu. Ay no, contigo no me casar que no me
gusta el ruido que haces.
Se fue el gallo y apareci un perro. Ratita, ratita t que eres tan bonita, te
quieres casar conmigo?. Y la ratita le dijo:
No s, no s, t por las noches qu ruido haces?. Guau, guau. Ay no,
contigo no me casar que ese ruido me asusta.
Se fue el perro y apareci un cerdo. Ratita, ratita t que eres tan bonita, te
quieres casar conmigo?.
Y la ratita le dijo: No s, no s, y t por las noches qu ruido haces?.
Oink, oink. Ay no, contigo no me casar que ese ruido es muy ordinario.
El cerdo desaparece por donde vino y llega un gato blanco, y le dice a la
ratita: Ratita, ratita t que eres tan bonita te quieres casar conmigo?. Y la
ratita le dijo:
No s, no s, y t qu ruido haces por las noches?. Y el gatito con voz
suave y dulce le dice: Miau, miau. Ay s contigo me casar que tu voz es
muy dulce.
MORALEJA
Si quieres cambiar la naturaleza de un ser, primero piensa en todas las
circunstancias posibles y diversas que podra encontrar.
PARA MI MAM
Te dedico este poemita
por que t eres la mas bonita,
t eres una cosa
ms bonita que una rosa,
t eres ms que una princesa
pues para mi t eres una belleza,
tus hermanas te quieren
y tambien tu mam,
pero nadie ms te quiere
como mi amor por ti en verdad,
te hago cartitas
y tambien hicimos una cancin,
te dedico este poema
porque no s cmo expresar mi amor,
te quiero, te amo
y doy la vida por ti,
t quedate aqu
viviendo feliz.
Le regalo a mi mam
una caperuza roja
por contarme tantas veces
el cuento que se me antoja.
Le regalo a mi mam
una colonia fresquita
por no soltarme la mano
cuando me duele la tripa.
Le regalo a mi mam
una armadura amarilla
que la proteja del monstruo
que espanta en mis pesadillas.
Le regalo a mi mam
el lenguaje de los duendes
por entender lo que digo
cuando nadie ms lo entiende.
Le regalo a mi mam
una chistera de mago
en la que quepan mis besos
envueltos para regalo.
Un hombre tena un caballo y un asno. Un da que ambos iban camino a la ciudad, el asno,
sintindose cansado, le dijo al caballo:
Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.
El caballo hacindose el sordo no dijo nada y el asno cay vctima de la fatiga, y muri all
mismo. Entonces el dueo ech toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y
el caballo, suspirando dijo:
Qu mala suerte tengo ! Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo
que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima !
MORALEJA
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prjimo que honestamente te lo pide,
sin que lo notes en ese momento, en realidad te ests perjudicando a t mismo
El caballo y el asno
El Hombre de la Bolsa
Aquella nia se convirti en una hermosa joven y su vida cambi mucho, tanto que conoci a un
joven de corazn sincero.
Despus de un ao se cas con l, pero nunca le cont sobre su pasado y los problemas que le trajo
tener aquellas visiones.
Cuando tuvieron una hija, hered el poder y Magdalena le cont a su esposo su pasado.
Su esposo se alegr y dijo que le pondra el nombre de Milagros porque toda nia no posee el poder
de ver el futuro.
Magdalena se sinti alegre porque su esposo acept a su hija sin problemas y lo mejor fue que la vio
como ella es y con ese don tan especial que le dio Dios.
LA RATITA BLANCA
El Hada soberana de las cumbres invito un da a todas las hadas
de las nieves a una fiesta en su palacio. Todas acudieron
envueltas en sus capas de armio y guiando sus carrozas de
escarcha. Pero una de ellas, Alba, al or llorar a unos nios que
vivan en una solitaria cabaa, se detuvo en el camino.