domingo, 8 de marzo de 2015

LA LUNA LLENA

Por Zaida Amapola




 En la  noche, el quital de mi casa, tan  pequeño se hizo grande, porque su techo, el cielo, extrañamente no tenía límites y mi solitaria vida se acompañaba de seres voladores, llamados estrellas.
En la  noche,  ella la luna  bajó del cielo y se sentó a mi lado, en el quital, para conversar,  estaba plena,  iluminada, desbordada, llena.
Su rostro redondo y pardo, matizaba con el caudaloso caer de una cabellera blanca y des-cabellada, desordenada.  Curiosamente ella  la luna no era una mujer de  leche, no era una mujer de queso, no era de nata no. Sólo sus cabellos eran luz.
 Difícilmente podía descifrar si era niña o era mujer madura o anciana;  los gestos  de su rostro  fuertes, hondos y llenos de experiencias, sus arrugas eran trazos de color. Cantaba como una niña, miraba como una anciana, se movía como  una mujer..
Hablamos por horas en el quital, así como hablan las mujeres, de todo al mismo tiempo, saltando de un tema para otro, misturando emociones.  Dio tiempo para  arreglar alguna planta, cocinar  un té y decorar  algún vestido..
A veces la luna lloraba con un tibio silbido. Ella era como mis amigas, se anticipaba a todos mis movimientos, rápida y entregada... Yo elucubraba mientras la seguía...
Se acostó en el quital,  mirando hacia el cielo, se contemplaba a ella misma espectral entre la neblina.
Yo trenzaba su cabellera a veces longa,  escurridiza como una río a y a veces firme y compacta  como un tejido; trenzaba y trenzaba sin saber si mis manos eran parte de  su cabello, o eran simplemente  dedos..
La Luna contemplaba al cielo añorando el futuro,   viajaba por el mapa estelar con sólo su mirar,  visitaba cada rincón de las galaxias, sus ojos eran espejos , reflejos, de aquellos paisajes.
Yo trenzaba y trenzaba y no sabía si mis manos eran parte de su cabello o simplemente dedos... y mientras trenzaba me llegaron  imágenes : rostros de mujeres, lindas. lindas todas;  viejas, niñas jóvenes, madres, intelectuales, empresarias, artistas, sembradoras, tantas mujeres También vi ojos de hombres y niños, vi ojos  de animales Buhos y gatos. Conmovidos..
Tantos seres conversaban con la luna llena.. de noche, en el quital..

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