Te perdono y Gracias

 

camino

¿Cómo lo haces para no tener arrugas?
Estoy sentada velando a mi madre en el tránsito que la llevará hasta la muerte. A recuperado la belleza que tuvo de joven o al menos así la veo yo.
Está inconsciente, duerme mecida en morfina con una respiración superficial. llevo dos horas aqui y juraría que no sabe que estoy, aunque por si acaso aqui sigo.
Me gustaría estar aqui, a su lado, cuando se deje llevar y se vaya de este mundo en el que tanto ha sufrido.

– Antes de que te vayas, quiero decirte dos cosas, solo dos. Te perdono y gracias.

Te perdono por haberme despreciado, por hacerme creer que no valía.
Te perdono por no haber sabido quererme, sin hacerme daño. Sé que tu madre poco tiempo tuvo para vosotros, nueve hijos son muchos y tu fuiste de las pequeñas.
Te perdono por tratarme tan duramente menospreciando mis sentimientos, aunque sé que no sabías hacerlo de otro modo.
Creo bastante probable que ni siquiera querías tener una hija y que es más probable todavía que no supieras qué hacer con aquel bebé, que luego se hizo niña y que te ocupaba demasiado espacio.
Te perdono por manipularme y hacerme creer que todo era culpa mía.
Te perdono mamá, de verdad.

Y te doy las gracias por darme la Vida, la que tantas veces he despreciado y de la que a pesar de quererlo no he podido distanciarme.
Gracias, por a pesar de todo hacer lo más que podías en tus circunstancias, estoy segura que si hubieras podido lo hubieras hecho mejor.
Gracias por quererme a tu manera, esa manera desprendida, con miedo de mostrar afecto, seguramente por eso, por darle la vuelta, no puedo parar de darle besos y achuchones a mi hijo, para compensarme los mimos que no tuve y para que él sepa que el cariño se da a lo grande, sin medida.
Gracias por enseñarme de plantas, por mostrarme tu amor por la montaña, por ser arriesgada a tu modo, coas que sin duda he heredado de ti.
Gracias mamá por ser la que escogí y quien me escogió porque a pesar de todos los pesares, soy quien soy gracias a ti.

Te miro y ya no estás, no parece que estés, ¿duermes?, ¿a donde te ha llevado tu sueño?. Espero que por fin puedas descansar, sin gente que te persiga, sin malos que pretenden hacerme daño, ni robarme. Espero que al menos ahora, mientras preparasla partida estés de verdad en paz y que allá hacia donde vas si es que ese lugar existe, sea un sitio donde encuentres la paz que nunca has tenido en vida, y seas allí tan feliz que ya no necesites tomar pastillas.

Buen viaje mamá!. Sé que volveré a verte, yo soy así, y sé que entonces nos daremos por fin y por siempre el amor que no nos supimos dar.

Raquel Tasa.
4 de Junio de 2016

 

 

 

 

Poder, saber, merecer

PODER SABER

Había estado observándome, me miraba con mirada furtiva, de reojo, apenas, con miedo de ser descubierta, mi alma exploró los límites de su cubículo y no encontró paredes, siguió expandiéndose  un poco más cada día, por curiosidad por el juego de saber hasta dónde se extendían los «puedes» y los «mereces», estuvo así largo tiempo un poco más allá cada día, hasta cansarse de extender hilos de luz allá, un poco más allá, sin encontrar nunca el lugar en el que detenerse y un día, un día de sol expléndido, un día de lluvia serena y susurradora se dio cuenta de que era infinita, que no había ningún límite al que llegar, porque no hay límites que aten a las almas, a ningún alma y sintió el amor, el amor universal el que diluye el odio y lo absorbe y los transforma en más amor. E inmersa en ese baño cálido, en ese abrazo primigenio el alma cedió en la lucha, se expandió hasta incorporarse al todo, donde todo es posible y los PUEDES, SABES, MERECES vuelan tranquilos y serenos esperando que todas las almas reclamen su presencia.
Y fue entonces cuando el alma liberada de los NO PUEDES regresó y me clavó con un impulso fresco a la pared, me dejó sin respiración al ocuparme entera, venía cargada con todos los PUEDES, SABES, MERECES y me dijo así con una voz profunda, una voz que me nacía de las entrañas, retumbando su eco en mi interior .

Cuando al fin pude respirar con normalidad, cuando mi corazón volvió a latir suave, empecé a andar y me di cuenta que mi paso se había vuelto ligero…. miré hacia atrás y vi la piedra que había dejado de cargar

 

Raquel Tasa
18 de Abril de 2016

 

Valiente y sabia

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Conozco una mujer, valiente y sabia.
Una mujer que dejó de esperar nada y lo tiene todo, o casi todo.
Una mujer que dejó de quejarse porque no tenía tiempo… y para qué quejarse, si eso no arregla nada. Las cosas son como son, la vida no es justa, y frente a eso, sólo estás tu y lo que pongas de tu parte para hacer de tu rincón el sitio más agradable posible.
Conozco una mujer que siempre recibe con los brazos abiertos y lo más importante con el corazón abierto. Tiene sonrisa pícara a veces y tierna casi siempre.
Una mujer que comprende la debilidad de los otros y la justifica, siendo como es fuerte podría decir de los otros que mejor que espabilen y darte la espalda esperando que arranques. Habiendo vivido todo lo que ella a vivido no me parecería raro que lo hiciera, pero no, ella es fuerte, es valiente, pero además es sabia, y sabe de la debilidad humana, del no poder y sigue tendiendo la mano una y otra vez.
Conozco una mujer que sacó adelante a tres hijos sola en la época de la posguerra, y cuando digo sola, es sola. Que trabajaba por las noches para poder atender a sus hijos durante el día. Que nunca tuvo joyas, y cuando sus hijos le decían que porqué no tenía ella contestaba que sí, que tenía tres, tres joyas, sus hijos.
Conozco a una mujer que perdió al gran amor de su vida por una enfermedad  muy joven y se quedó con esas tres joyas a las que atender y aún ahora sigue enamorada del corazón de aquel hombre, del que dice que antes de amarlo no le gustaban sus piernas largas y que después era el hombre más bello del mundo.
Una sabia mujer que sin saberlo me acaricia el alma cada vez que voy a verla, que me dice que no hay que esperar a tener lo que una desea para ser feliz, que sea feliz ahora, con lo mucho o lo poco que tenga. Que echa en falta el tiempo en el que salía con sus hijos después de misa a comer una tortilla hecha en casa y era feliz.
Conozco a una mujer que cuando me alejé, nunca me perdió la pista y siempre a estado pendiente de mi y de todos los de la familia que la han necesitado.
Que amamantó a su sobrino y a su hijo a la vez, porque la madre murió en el parto.
Que da, da, da y nunca pide nada a cambio y jamás echa cuentas de lo que ha dado.
Conozco a una mujer que además de cuidar a sus hijos, cuidó a su sobrina, dándole los veranos más maravillosos del mundo todos juntos en una tienda de campaña junto al mar, y que después tuvo tiempo para sus nietos y para todo aquel que viniera.
Conozco a una mujer lectora incansable, una mujer justa, que nos ha enseñado a todos los que tenemos el privilegio de conocerla el sentido de los valores, del respeto, de la justicia. Que ya no puede salir de casa cuando quiere, que necesita ayuda para hacerlo y lo hace en silla de ruedas, y cuando le pregunto que si irá a votar me dice un POR SUPUESTO, así en mayúsculas.
Conozco a una mujer que perdió a un hijo y siguió adelante, una mujer a quien el hijo de ese hijo, en una carta preciosa le dice que no puede irse todavía porque los demás la necesitamos, y tiene toda la razón.

Esa mujer hace unos días cumplió 90 años, esa mujer es mi tia, si leyera esto, haría ese gesto tan suyo como de espantar el aire y diría que no, que no es para tanto, que le falta mucho para ser así.

Ayer, viendo a esta mujer valiente y sabia, me di cuenta de que sí, tengo derecho a quejarme, a estar mal, que ella va a entenderlo igual, pero que no, que mejor no, que la vida está aqui y es ahora y ojalá consiga llegar a esos 90 años que tiene ella ahora un poco más valiente y más sabia, un poco más como ella.

Raquel Tasa.
17 de Diciembre 2015

 

 

Tiempos revueltos

eclipse

Corren tiempos revueltos para las que queremos un mundo libre y respetuoso. Revueltos fuera y revueltos dentro.

La nuestra es una sociedad que frente a la violencia sólo sabe dar la respuesta de más control, no se reflexiona sobre los porqués, no se pregunta sobre cómo fue el proceso, simplemente nos protegemos y exigimos más seguridad, seguridad que genera más violencia y nos roba la libertad. Pero qué más da, en ese momento no nos interesa la libertad, nos mueve el miedo, no medimos que cuando cedes el control, como sociedad o como individuo, lo cedes en lo que quieres pero  cuando no lo quieras tampoco lo tendrás.  No sé de qué me sorprendo, llevamos siglos haciendo lo mismo, si un día te duele la cabeza te tomas una pastilla, si te duele muchos días te tomas muchas pastillas, tal vez si son muchos muchos, muchos días vayas a buscar la razón de ese malestar, tal vez en ese momento ya sea tarde, tal vez no.
Queremos soluciones inmediatas, poner tiritas donde lo que toca es dejar la herida abierta, que respire, ver hasta donde ha llegado el mal, hundirnos en él y curarlo desde adentro. Siento que como sociedad nos hemos abandonado al hastío, nada es suficientemente grave, nada es tan importante como para movernos, para movilizarnos y hacer que de verdad se produzca un cambio profundo, nos hemos acomodado, nos hemos aburguesado aunque no seamos burgueses, sino trabajadores, trabajadores para otros, no para crear el mundo en el que creemos y así nos va.
No es suficientemente importante reivindicar los derechos de las mujeres, molesta cuando se dice que seguimos sin equiparar sueldos, seguimos sin tener una política de conciliación familiar-laboral que sea real, nos conformamos e incluso defendemos las pastillitas endulzadas con las que quieren conformarnos, seguimos sin tener una educación para nuestros hijos libres de políticas y religiones, sean cuales sean las políticas y religiones, educación alternativa y diferente pública y de calidad, seguimos sin poder parir donde queremos y tener la compañía que nos dé la gana, seguimos sin poder educar en casa sin temer que nos persigan. Nada es lo suficientemente importante, salta la voz de la conciencia y enseguida la de la conformidad, no vaya a ser que nos quedemos con menos de lo que tenemos, con lo poco que tenemos y así nos van recortando los derechos y así nos va.
Corren tiempos revueltos dentro, porque se nos despierta la conciencia y una vez despierta a ver quién la acalla, es una voz profunda que ya no calla más por más que una intente amordazarla, es la voz que te despierta de madrugada cuando tomas las decisiones racionales pero no sentidas, la voz que te hace persona para dejar de ser un número, uno más.
Esa voz que si aún así pretendes no escuchar te inmoviliza y te difumina, y finalmente tienes que escuchar o morir.

Diría que es la primera vez en España que un alumno ejerce tal violencia en el colegio y ¿de verdad nadie se pregunta cómo ha llegado hasta ahí?, ¿de verdad nadie piensa que para llegar a ese punto ese niño tenía que estar viviendo un infierno?, nadie piensa que la sociedad tiene una parte de responsabilidad.
Es tiempo de cambio, de asumir responsabilidades, un tiempo para empezar a ser ya adultos y dejar de pretender que nuestra vida, nuestra realidad, la tiene que crear un «padre», el gobierno, los políticos….. ya no vale dejar hacer, ni dejarnos hacer,ya  es tiempo de dejar la vida en manos de otros y caminar por y hacia lo que queremos, dejar de quejarnos y empezar a creer que podemos crear un mundo diferente a cada paso, con pequeñas cosas o con grandes cosas, ya no valen los gestos ni las intenciones, es momento de realidades.
Es esta una sociedad violenta y convulsa y pasamos de lado, de puntillas sobre las cosas que no nos gustan, que nos agreden, hasta que un día nos estalla en la cara. Y entonces ¿qué? . Y ahora ¿qué?

Raquel Tasa.
24 de Abril 2015

 

Instalarse en el victimismo – Salir del victimismo

victima

Esperar que alguien te solucione los problemas, esperar que todo el mundo esté por ti y tu por nadie, dejarte caer en el pozo del victimismo, es una huída hacia adentro abocada irremediablemente al fracaso.

A veces no puedes hacer más que dejarte hundir poco a poco en ese fango cálido, tienes las fuerzas minadas y no ves ni la luz del sol, pasas de lado mirando hacia abajo incapaz de alzar la mirada, ni de tan solo mirar hacia un lado.

Está bien, a veces sólo desde abajo puedes alzar el vuelo, pero no es absolutamente necesario, aunque es cierto, a veces parece que no puedes hacer más que eso.

Sólo tú puedes salir del agujero que te has fabricado, no te engañes, nadie puede sacarte de esa oscuridad. Está bien, déjate ir si crees que es lo que has de hacer, pero no te engañes, no es necesario y no existe nadie que pueda liberarte de las cargas que te hayas impuesto. Tómate tu tiempo, será el que tu decidas, antes o después tendrás que tomar las riendas y alzarte desde donde estás.

Poco a poco, tómate tu tiempo, sé cuidadosa contigo, no te dejes llevar por la falta de autoestima, es duro, es muy duro, pero sólo tu puedes hacerlo. Tú vales, si miras atentamente verás a la gente que te rodea y que te tiende la mano, verás a los que has apartado y que siguen latentes a tu lado. Apóyate en ellos, deja que te ayuden, el orgullo no sirve de nada, entorpece las relaciones, necesitas a quien te quiere al lado, no pasa nada, ahora es un mal momento para ti, en otra ocasión lo será para ellos, asegúrate entonces de estar, de tender la mano  y si no pueden o no quieren aceptarla, no se lo tomes en cuenta, sólo asegúrate de que sepan que estás disponible.

No te olvides de quererte, prioriza, deshaz la madeja que tan cuidadosamente has enmarañado hasta dejar de reconocerte en ese tejido. Tienes una prioridad en la vida, una que se alza sobre todas las demás: tienes que estar bien. Es un trabajo tuyo, privado, único, tú sabes qué es lo que te hace estar bien, sólo tú, permítete estar bien, déjate ser. Probablemente te has desdibujado en esa caída al abismo, retómate y dibújate tal como eres, no la que eras, ni la que quisieras ser, la que eres, sin miedo.

Desde el victimismo encontrarás sin duda quien te tienda una mano y sin duda también quien dándole tu el poder te dirija la vida, sin duda es cómodo…un tiempo, más tarde descubrirás que ceder el control de tu vida a otros es un gran error, seguramente antes o después descubrirás que no te gusta en lo que se está convirtiendo esa vida que sólo es tuya, te quejarás de el control que ejerce sobre ella, te molestará, y entonces le culpabilizarás, antes de sacar la artillería recuerda cómo fue que llegó a tener ese poder sobre ti. Perdona y perdónate. Empieza a caminar, imprime tus propias huellas, en la dirección que sea, en la que decidas, no hay errores solo elecciones, empieza a caminar.

Tu vida es tuya, no lo olvides, tu vida, tus decisiones, tu camino nadie más lo puede caminar. Es única, perfecta, da igual lo que haya pasado hasta ahora, hoy, ahora es un nuevo comienzo, no desdeñes el pasado aprende de lo que hiciste, y anda tus propios pasos, inciertos, seguros, sean como sean son los tuyos.

Y un día volverás a sonreír…

Sonríe… YA

 

Raquel Tasa.
16 de Febrero 2015

 

 

Educar

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La tarea más delicada, difícil e importante del mundo es educar. 

Vemos día a día, cómo la sociedad que tenemos se viene abajo, desaparecen puestos de trabajo, los empleos más mecánicos se convierten en obsoletos porque las máquinas ocupan el puesto de los humanos y son mucho más eficientes que nosotros y está bien que así ocurra. Entre tanto la mano de obra cada vez es más barata, más horas, menos sueldo. Se crean trabajos más especializados. Buscamos dentro de nosotros aquello en lo que somos buenos y nos tiramos a la piscina, porque cada vez menos la organización que teníamos, la que heredamos de nuestros abuelos, de nuestros padres encaja con nosotros. La sociedad cambia, nos asusta el cambio, nos resistimos con todas nuestras fuerzas, nos aferramos, pero ya no hay vuelta atrás, lo que había ya no vale. Tenemos que reinventarnos el futuro.
Y en este estado de cosas, en la que el gobierno se convierte en un padre castigador, que no premia las iniciativas, que abarata el trabajo, garantiza despidos a empresarios, convirtiendo a los ricos en más ricos y en más pobres a los pobres, pretender seguir con un sistema educativo que fue generado en la era industrial, cuando se necesitaban miles de personas para trabajar como máquinas en fábricas con empleos repetitivos y exentos de creatividad, pretender que los requisitos de aquella educación, en la que se premiaba la ausencia de criterio, que todos fuéramos iguales, que nadie destacara de la media y que por encima de todo fuéramos obedientes y manejables, es sin lugar a dudas absurdo.

Los niños son el bien más preciado de la sociedad, son el futuro, quienes estarán allí cuando nosotros no tengamos fuerzas para seguir. Educar no es un tema de las escuelas, no exclusivamente. Educar es un tema de la sociedad en pleno. Es un tema de padres/madres, escuela y de todos. Otras sociedades (no la nuestra) hace años que lo han visto claro y lo has puesto en práctica. Leemos alucinados lo buenos que son los resultados escolares en Finlandia y algunos queremos exportar ese sistema educativo aqui, es imposible, lo que tienen en Finlandia es un sistema educativo genial, pero lo de verdad sorprendente es que toda la sociedad finlandesa valora en su justa medida lo importante que es la infancia y actúa en consecuencia.

Respeto. 
La base de la educación es el respeto, después de eso viene todo lo demás. Sin respeto no hay nada, respeto no es miedo, el miedo bloquea, el miedo hace actuar de un modo delante de quien «manda» y de otro mucho más agresivo detrás.
Respeta a tus hijos, pero también a todos los adultos que te rodean, no tienes porqué estar de acuerdo con los demás, no tienes porqué validar sus opiniones, pero tampoco insultar. No importa lo mucho que le digas a los niños que no tengan ciertas actitudes, si tú lo haces ellos lo harán, ellos aprenden de lo que haces, no de lo que dices. 
Respeta su dolor cuando se cae al suelo, su frustración cuando no consigue hacer algo que quiere. Asume que una parte del enfado de no poder controlar ese grito tiene que ver más contigo que con él mismo.
Respeta sus ritmos, cada niño aprende a su tiempo, los plazos preestablecidos no sirven, todos aprenderán a su tiempo, cuanto más intentes forzar peores serán los resultados y estás labrando el camino para que más adelante deje de querer aprender.
Respeta su creatividad, tú no tienes todas las respuestas, aunque por tener más años pienses que sí, deja que su pensamiento lateral se desarrolle, lo que tú hayas hecho con el tuyo no es problema de él, las cosas pueden hacerse de más de un modo, déjale que te enseñe es muy probable que te sorprenda.
Respeta su modo de ser, al que ahora llamas cabecilla, matón, el genera problemas, si le dejas desarrollar, si no lo etiquetas, si lo miras, puede ser un líder en el futuro, o puede previo machaque de los adultos convertirse de verdad en un desperdicio de la sociedad, que no te olvides la sociedad misma, tú has ayudado a crear.
Respétate, tal vez no te enseñaron, tal vez no tuviste esa suerte y ahora debes reconstruirte, ahora es un buen momento para hacerlo, el respeto a los demás no existe si no empiezas por ti mismo. Recuerda, ellos aprenden de lo que tú haces.

Para poder educar, tenemos que empezar por educarnos a nosotros mismos, no es tarea fácil descubrir, dejarnos ver que no tenemos todas las respuestas, que emocionalmente nos queda mucho camino por recorrer, este es tan buen momento como cualquier otro, quizás este sea el mejor momento si tienes menores a tu cargo, es una tarea ardua pero altamente satisfactoria.
Educar y vivir son una aventura, atrévete a vivirlas.

Raquel Tasa .
Diciembre 2014

P. D . Un enlace interesante:http://www.pedagogiablanca.com/
Sir Ken Robinsonhttps://www.youtube.com/watch?v=nPB-41q97zg

Las buenas intenciones

libertad

El mundo está plagado de buenas intenciones, las mujeres especialmente estamos cargadas de ellas, pero las intenciones son eso «intenciones» por si solas no materializan nada. Aún así las tomamos como algo con suficiente cuerpo como para aferrarnos a ellas y vivimos con eso, hasta que alguien o algo se cruza en nuestro camino con buenas intenciones y con algo más, y vemos como nuestras buenas «intenciones» se desvanecen como nubes de humo y lo que queda entonces es un ego herido.

España es un país joven, joven en el sentido de que durante años hemos sido tutelados, dirigidos por un gran «padre», un padre dictador, no había que tomar decisiones, las tomaba otro por nosotros, luchábamos para librarnos de esa dictadura, lo conseguimos pero al parecer seguimos sintiéndonos huérfanos de padre. Queríamos libertad, pero para ser libres tenemos que ser responsables, responsables a cada paso, de cada acto, no hay nadie a quien pedir explicaciones, ni a quien quejarse, ni a quien gritar y por supuesto toda la gloria de nuestros actos es sólo nuestra y eso en verdad es glorioso.  Inevitablemente no puedo dejar de pensar en el modo en el que muchas de nosotras queremos educar a nuestros hijos, queremos que sean libres, les damos opciones, pero sigue flotando en el ambiente ese olorcillo a rancio que no acabamos de quitar de en medio. No podemos crear un nuevo estilo de crianza si antes no nos criamos a nosotros mismos.
Nos hemos hecho adultos pero no hemos madurado, madurar significa ser responsable de todos nuestros actos y asumir lo bueno y lo malo y aprender a perdonarnos, sin cubrir lo que no nos gusta con un velo, o encerrarlo en un baúl o pretender lanzarlo lejos.
Asumir que los demás también son libres de tomar sus propias decisiones y que coincidan o no con las nuestras forman parte de esa persona y seguir aceptándola en su globalidad.

Estos días se ha puesto de manifiesto que muchas de las mujeres que trabajan para el bien común de otras mujeres, muchas de ellas de un modo voluntario y en colaboración al parecer no estaban tan de acuerdo con estas colaboraciones o con la presencia de las otras en sus mismos ambientes, comadronas, doulas y asesoras trabajan cada una desde una perspectiva diferente para el bienestar de otras mujeres que en un momento dado requieren su presencia.
Según mi parecer ninguna de estas profesiones está reñida entre si, tampoco el modo de ejercerla, ya sea voluntariamente o también voluntariamente pero de un modo remunerado. Cada una da en la medida que puede, está claro que lo normal si ejerces esa ayuda de un modo voluntario será que un dia u otro necesites emplear tu tiempo para conseguir el dinero que necesitas para vivir dignamente, llegado ese punto tienes dos opciones, o sigues con algo que sabes hacer maravillosamente pero de forma remunerada o te buscas un trabajo gris que no te gusta, que cualquiera puede hacer pero que te proporciona dinero. Y así todo el mundo pierde, pierde la mujer que ejerce un trabajo voluntario y pierden todas las madres que podrían haber gozado de su presencia y su apoyo.

Cada mujer es diferente, cada madre o futura madre está inmersa en un proceso de transformación y tiene todo el derecho del mundo a estar acompañada en ese proceso por quien escoja, con título o sin título, tener un título no es garantía de nada en ninguna profesión, las carreras no valoran la empatía, ni la experiencia, conozco mujeres-madres que jamás han asistido a clases de lactancia, pero son madres y han lactado y han vivido en un entorno donde todavía no se había perdido la natural costumbre de lactar y desde luego tienen toda la empatía que proporciona la oxitocina en la maternidad, son maravillosas asesoras, no tienen grupo de lactancia, ni se anuncian en ningún lado, algo que nos perdemos todas por cierto, y ahí están. Como representan ninguna amenaza para nadie, como no van a ser remuneradas económicamente por ello, nadie se mete con ellas, pero ahí están.
Entonces, el problema es ¿asesorar o cobrar por ello? Y porqué eso es un problema. Respira antes de contestar. Has respirado? ya ahora dime, o mejor contestate a ti misma, porqué te sientes amenazada por eso.

Doulas y comadronas acompañan la maternidad desde diferentes aspectos, es cierto que una buena comadrona es a la vez doula, pero sinceramente, cuántas hay de esas en este país, estoy convencida de que todas ellas lo hacen desde el modo mejor que pueden, venimos de unos tiempos en los que no solo se infantilizaba a las mujeres, se infantilizaba a todo el mundo en general, especialmente a las mujeres, no solo estoy hablando de hombres que ejercen su poder sobre mujeres, eso lo asumimos todas, estoy hablando de mujeres que ejercen un poder y una fuerza mucho más agresiva que ellos sobre las mujeres, venimos de eso y eso sigue flotando y dejando poso en todos y cada uno de los rincones de este país, en profesiones que se han desligado de las costumbres y han venido de nuevo desde las manos de los hombre todavía más. He oído mil casos de mujeres que lo pasaron mal en su parto de la mano de otras mujeres, y también por suerte mujeres encantandas con aquellas otras que las acompañaron en las mismas lides, pero siento decir, me apena decir que los casos en negativo superan con creces a los otros. Por eso nació la figura de doula, porque se echaba en falta a alguien amoroso, responsable a tu lado cuando estás en el momento más importante, poderoso y a la vez vulnerable de tu vida: el parto.
Son profesiones complementarias y ambas deberían nutrirse entre sí, no generar conflicto. Y si ese conflicto existe deberíamos mirarnos una a una, en la intimidad de nuestras casas, ser sinceras y ver qué es lo que realmente nos está pasando.

En verdad pienso que estas tres profesiones están destinadas a desaparecer, que deberían desaparecer, cuando de verdad las mujeres, la sociedad madure y sea consciente de lo importante que es la maternidad y no lo crea desde una perspectiva intelectual, sino que lo interiorice y lo viva desde el cuerpo, TODOS , no solo las mujeres.
Entonces de verdad empezara la nueva era que todos pedimos a gritos y en la que al parecer no nos ponemos a trabajar.
Porque para eso señores y señoras, cada uno de nosotros, todos y cada uno tenemos que ser maduros y responsables de nuestros actos, y dejarnos de grandes aspavientos tanto en lo bueno como en lo malo y en la intimidad de cada uno de nosotros empezar a trabajar para ser de verdad PERSONAS, si es que eso de verdad significa algo.

P.D. He de decir que soy doula y asesora de lactancia, aunque actualmente ejerzo en contadas ocasiones.

Raquel Tasa. Agosto 2014

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las que pueden con todo

camino

Las que pueden con todo, un día reciben la llamada de una amiga y rompen a llorar.
Nada se ha roto, todo sigue igual, solo se dejan ir un rato y comparten su llanto con quien también compartieron la risa.

Las que pueden con todo, un día aprendieron que para poder con todo es necesario compartir carga y vivencias, y un poco más allá, las que pueden con todo supieron que es bueno, sano y natural abrir las manos  soltar el control y dejar de poder con todo, porque todo es un absoluto y absoluto querida, no hay nada, ni negros, ni blancos, la vida está llena de tonalidades y tu, en realidad nunca pudiste con todo, pero te lo creíste y empezó a dolerte la espalda sintiendo el peso del mundo como una carga.

Las que pueden con todo, somos o fuimos todas y ninguna en realidad.

Respira, suelta la carga, deja que se haga ligera, camina pausada, resuelve lo que puedas, ni muy aprisa, ni muy despacio, tómate tu tiempo….pero camina. Pide ayuda, te mereces ser ayudada, querida, entendida….. No tienes que poder con todo.

 

Raquel Tasa. 15 de julio 2014

Ama te

 

abrazo

Ven, vamos a tomar un café.
Nos sentamos.
Me cuentas.
Te cuento.
Te derrumbas.
Te ofrezco mi hombro, lloras.
No pidas disculpas.

Ama te.

Las charlas de mujeres deben quedar entre mujeres.
Confianza por confianza.
Amar implica aceptar al otro, el hombro del otro, sin permisos, ni disculpas.
¿Te amaron?
¿Te enseñaron a amar?
A abrazar cuerpo a cuerpo, sin medir la distancia, olvidando la rigidez.

Ama te.
Quieres que tu hijo te ame, ámalo y antes de eso, ama te.
Quieres que sepa abrazar? abrázalo.
A amar se aprende amando.

Ama te.

Raquel Tasa
5 de mayo de 2014

 

Ser

ENFADADA

Nos olvidamos de Ser, las madres, las mujeres en general.

Aprendimos tan bien el papel de niña buena, nos alabaron tanto eso de callar y asentir sonriendo, que de verdad pensamos que así es como debíamos ser, cuando en realidad dejamos de ser, para fingir constantemente ese papel que nos dieron nada más nacer.
Vamos teniendo rabietas más o menos controladas, casi siempre ocultas para seguir manteniendo esa apariencia plácida y amorosa, pero a veces se nos escapa la rabia en público, casi siempre a destiempo, casi siempre fuera de tono, desproporcionada y empieza la rueda, nos sentimos culpables, y entonces sentimos rabia apagada y culpabilidad, y después de eso el cansancio y el retomar todos esos sentimientos apelotonados y oscuros y volver a la placidez aparente, intentando no pensar demasiado en nuestra reacción, porque vuelve la rabia y la culpabilidad, y el intentar justificarnos a nosotras mismas para nosotras mismas. Ponemos la tele, leemos un libro, escuchamos música, hacemos cualquier cosa, lo que sea, intentando a toda costa alejarnos de ese sentimiento oscuro que por un momento a salido a flote. Mirar para otro lado intentando escapar es durante años el recurso, un pobre recurso he de decir.

Queremos que nos quieran, somos niñas buenas, y si para eso hemos de irnos perdiendo y diluyendo por el camino, pues lo hacemos. De vez en cuando la vida nos pone en encrucijadas, donde es preciso retomar las riendas, volver a Ser, retomar la esencia para Vivir, y la vida entonces nos parece dura, difícil, imposible de vivir. La vida no es nada en concreto, cualquier adjetivo le va bien, la vida ES.

En medio de ese dejar de SER, un día devenimos madres y la cosa se pone complicada, quieres darle lo mejor, aprender a dar lo que no te dieron, enseñarle a ser persona, a sentirse respetado, amado, a que sepa poner límites a quienes le rodean, y es entonces cuando de verdad la vida, tú, te pones a prueba. A los niños les puedes dar mil discursos, repetir mil veces eso no es así, no se hace, no te dejes, pero los niños aprenden del ejemplo, de la acción, del SER.
Si de verdad quieres un presente respetuoso y consciente para tu hijo, si te preocupa que en el futuro sea una persona respetuosa con él mismo y con los demás, si quieres que sea consciente y se ame a sí mismo.  Empieza a trabajar todo eso que dejaste de lado. Empieza a respetarte, a poner tus límites, a valorarte como ser humano.
Tus propias rabietas dejaran de serlo si te das lo que necesitas, si dejas de hacer tanto, si paras la máquina y empiezas a SER desde lo más profundo de ti misma. Tal vez ni siquiera tengas que cambiar tus rutinas, tal vez si. Este es un proceso silencioso, que te coloca allí donde realmente perteneces. La vida es bella, la vida ES.
SE tu también, déjate, permítete, SER y dar lo mejor de ti. No lo guardes en el cajón del olvido para después despertarte un día y ver a tu hijo y verte a ti convertidos en todo lo contrario de lo que quisiste.

Es fácil, es difícil, es sencillo, es complicado…. olvídate de los adjetivos, y «simplemente» empieza a SER
Raquel Tasa
23 de Abril 2014