Memecracia

Si navegamos con atención, nos encontraremos en internet al ser humano comportándose como siempre lo ha hecho: loco por incorporarse a cualquier historia, incapaz de resistirse a lo que le emociona, ansioso por contagiar a los otros aquello que le atrae. Tan social y entusiasta que un día puede cambiar el mundo y al otro linchar a quien sobresalga.

Pero la red lo está cambiando todo y su influencia no se limita a las pantallas. Cuando tantas ideas compiten entre sí por captar el mayor número de mentes posible, solo las más aptas replicándose sobreviven, se convierten en virales y guían los actos de los ciudadanos. Quienes conocen el poder que confiere instaurar una idea y saben cómo hacerlo, intentan manipularnos desde la política, la publicidad o el periodismo, y lo están consiguiendo.

Aún no es demasiado tarde para reclamar un retorno a la sensatez. Es la mente de cada uno la que debe luchar por el control de la atención, de las emociones, de las decisiones y de la influencia personal. Es el momento de oponer una resistencia y contraatacar para conquistar la libertad perdida. Es la hora de usar contra la Memecracia sus mismas armas.

¿Por qué nos seducían los discursos de Steve Jobs?, ¿de dónde salen los montajes del Cristo de Borja?, ¿por qué triunfó el Gangnam Style?, ¿cómo se eligieron los iconos del 15-M?, ¿cómo manipula Obama nuestras emociones?