El huerto en la cuarta semana de abril

Esta semana habría sido estupendo que se la hubiese comido el lobo, pero no fue así , por lo que tendremos que vivir con la que ha traído: La helada de la mayoría de las frutas del huerto.

La semana ha estado desapacible, con algo de todo, incluida la lluvia al final de la misma. Por ello muchas de las tareas a realizar han sido de interior, en especial en el invernadero. Además hemos aprovechado el agua para arrancar unas cuantas hierbas entre los cultivos.©

El credo del fruticultor

En semanas tan duras como esta que hemos sufrido, donde hemos pasado de tener muchas posibilidades como productores de fruta a encontrarnos con la dura realidad de la helada, en la que nuestras esperanzas han quedado duramente dañadas, no queda más remedio que recordarnos el Credo del fruticultor, válido y aplicable para el día a día del cultivo de frutales en esta zona del interior de la meseta castellana.

El primer artículo es creer y perseverar. Creemos en la fuerza de la vida y la importancia de los árboles, por eso perseveramos con ellos. En el día a día de cada planta, en los reveses que estas puedan sufrir, en el buen etiquetado de los viveros, en las plagas que los acosan, en la helada que nos machaca,…

Nashis antes de la helada

El segundo es la fe. Tener fe, mucha fe, toneladas de fe. Fe en las posibilidades de las plantas, en el potencial de estas y en esa fe asumir lo que llega con paciencia, paciencia, paciencia, …. Aunque se machaquen las cerezas, las nueces, los caquis, las ciruelas, los nashis, las peras, las manzanas, los pawpaws, las uvas, los almendros, los pistachos, ….

Nashis después de la helada

El tercer artículo se centra en cooperar con esperanza: Poner la voluntad en el crecimiento y salud de las plantas, aunque muchas veces no veamos los frutos de nuestro esfuerzo. Así asumimos la poda regular de cada año, el dar a los árboles el abonado necesario, que les permita alcanzar un punto de equilibro que los haga crecer, pero sin abusar, sacar floración, cuajar el fruto,… Pero sin debilitarlos y atraer a pulgones y otros plagas, o producir excesiva madera cuando no hay fruto.

El regar cada veinte días en verano. Viendo el agua como un bien necesario, pero sin aguar el fruto. Fruta jugosa y sabrosa, aunque sea escasa. Si no hay producción de fruta el riego debe ser menor, pues solo es para mantenimiento y salud de la planta.

Siempre procurar que el árbol tenga otra oportunidad en su mañana. Él es también una víctima más de las circunstancias climáticas. Mirar en qué manera podemos superar estas circunstancias (de hecho en el invernadero y los túneles, los frutales siguen con la fruta adelante).

Melocotones dentro del invernadero

No dejarnos llevar por la desesperación, sino primar la inventiva y ver qué podemos hacer y cómo lo podemos hacer, para que tanto los árboles como nosotros podamos conseguir Nuestro Objetivo: Producir fruta.©

Tarta de ciruelas y suflé de yogurt

Es en esta época de la temporada cuando se tira más de las conservas. La razón es sencilla es el momento del año en que menos cosas hay en el huerto, en especial en lo relativo a frutas. Nosotros en esta ocasión vamos a realizar una tarta de ciruelas con suflé de yogur, para lo que vamos emplear unas ciruelas en almíbar.

Comenzamos deshuesando las ciruelas. Son ciruelas de piel oscura que al someterlas al calor nos dan un tinte rojo oscuro, muy intenso. Por eso el almíbar tiene ese color. Comenzamos elaborando la masa del relleno, para ello empleamos el bote de ciruela y su almíbar, 70 gr de maicena y unos 100 gr de azúcar.

Se ponen las ciruelas y el almíbar en un cazo en el fuego, Se le añade la micena y el azúcar. El agua vamos a emplear unos 100 gr, pero ajustando con cuidado y añadiendo solo una poca conforme se vaya espesando la maicena. Se dejó cocinar a fuego. Se sacó de fuego cuando espesó y se puso a enfriar.

A continuación realizamos la base de la tarta. Lleva 200 gr de harina, 1 cucharada de levadura química que se añade a la harina, un sobre de azúcar avainillado, un pellizco de sal, 3 yemas, 80 gr de azúcar y 80 gr de mantequilla.

Batimos las yemas con el azúcar, añadimos la mantequilla y posteriormente incorporamos la harina junto a la levadura y la sal. Se amasa todo hasta que quede mezclado. La masa se deja reposar un poco. Se toma una pequeña porción y se mete al congelador.

Se extiende el resto de la masa con un rodillo y la colocamos en el molde bajo que tendremos untado con mantequilla. Se coloca de forma homogénea por todo el molde. Se rellena con la masa fría de ciruelas, repartiendo estas por toda la superficie. Se deja reposar mientras se prepara el suflé.

Necesitamos: 3 claras, 500 gr de yogur griego, 50 gr de maicena, 130 gr de azúcar y un sobre de azúcar de vainilla. Batimos el yogur con la maicena y el sobre de azúcar con vainilla. Batimos las claras a punto de nieve con el azúcar. Hasta que quedan tiesas y poniéndolas boca abajo no se caigan. Se unen las claras con el yogur. Se mezcla todo bien.

Se extiende la masa del suflé sobre la capa de ciruelas. Se reparte toda la masa por toda la superficie. Se toma la masa que se ha puesto en el congelador y se ralla en trozos que se entienden por la superficie de la tarta antes de meterla al horno.

El horno se precalienta previamente. La temperatura estará alrededor de los 180º. Calor por arriba y abajo. Se mantiene en el horno hasta que el suflé se pone marrón dorado, unos 40 minutos. Hay que procurar no abrir el horno hasta el final, pues se corre el riesgo de que se baje el suflé.

Es una tipo de tarta de la que ya hemos hecho alguna otra variante. Esta combinación entre el dulce del merengue y el ácido de las ciruela resulta especialmente deliciosa.©

El huerto en la tercera semana de abril

Comenzamos la semana con temperaturas muy elevadas para la época, que han ido descendiendo progresivamente a valores más acordes con abril. Hasta el momento nos movemos en temperaturas positivas, pero se han anunciado cambios que afectan a las mínimas, que de ser ciertos nos pondrían en temperaturas bajo 0, esperemos que las previsiones se equivoquen.

Durante la semana, aprovechando el buen tiempo, hemos ido preparando el terreno para plantar algunas cosas: Guisantes, algunos garbanzos, aunque otros ya van bien nacidos, lino, .. También hemos ido trasplantando unas cebollas.

Otra buena tarea realizada ha sido la de desbrozar, el calor y la humedad no dan tregua en el crecimiento de la hierba.©

Lilos en abril 2024

Los lilos ( Syringa vulgaris) llevan ya en el huerto 13 años. Pero aquellos primeros lilos, apenas unas ramas delgadas, se han convertido en unos buenos macizos de lilas, repartidos por diversos lugares del huerto.

Raro es el año en que los lilos no florecen, en alguna ocasión se han helado, pero en ningún año hemos asistido a una floración tan espectacular como la de este. Nosotros no les hemos hecho nada, pero le han coincidido las circunstancias la mar de favorables.

Primero un invierno suave y muy húmedo, que ha fortalecido las plantas. Luego un mes de abril que empezó suave, por lo que las plantas se han ido desarrollando en un paso cómodo. Luego las temperaturas fueron subiendo, para culminar con calor. Esto favoreció la eclosión. Pero el calor no duró demasiado y no ha agostado las plantas que conservan su tonalidad y sobre todo su aroma.

Esto unido a que la plena floración no coincidió con agua por lo que las flores al no ser lavadas por la lluvia se han conservado mejor. Flores espectaculares que crean racimos florales que caen en cascada. Todo un espectáculo abierto para el disfrute.

Un espectáculo que se repite en huertos y jardines. No había sabido que había tantos lilares, pero estos días aparecen por todas partes.©

Os dejo la secuencia de cómo ha ido la floración.

La lujuria de los tulipanes

El agua es necesaria para la vida, pero este año en el huerto y en el jardín el agua es también fuente de una lujuria incondicional por esa vida. Así mis tulipanes se han despertado con un ansia que catapulta su crecimiento que se desborda en deseo excesivo, que vibra en el huerto y en el jardín

Las plantas en su color estimulan comportamientos que nos obsesionan, nos superan. Atrapan nuestra mirada y consumen gran parte de nuestro tiempo con una vitalidad que parece ser imposible de controlar.

La llegada del calor ha acelerado esos Intensos apetitos. Las plantas se han convertido en glotonas impúdicas, ansiosas de más. Los tulipanes más que ninguna otra han caído en ese exceso, en ese ansia en demasía de más.

¿De dónde procede este clamor sensual? ¿ A quién atribuir tanta intensidad feraz?

¡¡¡La fuerza de la vida clama por más, más!!!©

El huerto en la segunda semana de abril

En esta segunda semana de abril las temperaturas se han disparado superando unos cuantos días los 25º. La tierra nos deja trabajarla, que es lo que hemos hecho y hemos comenzado a colocar algunos cultivos como un cantero de patatas tempranas y un poco de maíz

El calor ha venido bien para los semilleros pues ha acelerado la aparición de las plántulas a las que les estaba costando salir. Ahora hay que ir cuidándolas.©

Haciendo pimentón, con el tipo Padrón y otros

Durante mucho tiempo he desaprovechado los restos de cosecha de los pimientos del tipo Padrón (se consumen más los primeros y siempre quedan de los últimos). Unos pimientos que recogidos al final de su vida en planta y ya maduros pueden conservarse durante bastante tiempo. Son además un tipo de pimiento que son menudos y poco carnosos, por lo que de forma natural tienden a secarse. Así los que quedaban se iban usando en los diferentes guisos del invierno.

Pero este año de modo fortuito encontré información sobre como de forma tradicional en Herbón, Galicia se hacía pimentón que se ahumaba, con este tipo de pimientos, luego conocidos como de Padrón, e incluso hoy en día se sigue haciendo.

Así que, ¿por qué no intentarlo? Con esta idea en mente recogí, tras haber madurado en planta, los pimientos de Padrón. Luego los fui secando. Los fui tratando del mismo modo que aplico a los que yo uso ya desde hace unos años para hacer el pimentón.

Recogidos y deshidratados se conservan sin problema el tiempo que sea necesario. En mi caso embolsados, para preservarlos de la captación de humedad. En el momento de la molienda es siempre necesario rematar el secado volviendo a darles un golpe de horno para facilitar el proceso de reducirlos a polvo. El horno suele ponerse a temperatura suave, pues sino se pueden llegar a quemar. Eso le da sabor tostado. Es probar y optar por lo que nos guste.

Nosotros al hacer nuestro pimentón no solemos darle el toque a humo. Cuando nos interesa ese punto en algún plato solemos mezclar un porcentaje del de la Vera, que tiene intenso sabor a humo, con el nuestro.

Cuando ya está bien seco en el horno, lo dejamos enfriar un poco. En la batidora de vaso colocamos el total del pimiento, salvo el rabo. Molemos hasta reducir a polvo. En este polvo siempre hay partículas de un tamaño demasiado grande, por ello debemos encontrar un tamiz fino para colarlo. Los restos se vuelven a triturar.

El polvo resultante es el pimentón que vamos a consumir en casa a lo largo del año. Este que os enseño aquí es de los pimientos de Padrón, pero lo normal es que no vaya solo, sino mezclado con los pimientos de pimenton, largos y delgados con el que solemos realizar el pimentón. A parte del de la Vera que añadimos a una variedad que hacemos para cuando así lo pide la receta.

Como veis tiene un bonito color y buen sabor. No nos queda todo lo fino que nos gustaría, pero para ello posiblemente necesitásemos un molino de piedra. No es del todo dulce, como es la tradición de los de Padrón, al ir mezclados dulces y picantes, el pimentón tiene un ligero toque picante.

Como este año hubo buena cosecha al incorporar a los de Padrón al secado y la molienda y así aumentar el volumen de la producción, vamos hacia la autonomía pimentonil.©

Así funciona el pincel

Una de las tareas que se nos da bien en el huerto es usar el pincel, sobre todo cuando las flores llevan abiertas un tiempo y no vemos polinizadores a la vista o vemos pocos. Esto suele suceder o en periodos fríos o como es el caso en años de lluvias frecuentes que de algún modo parecen haber afectado un tanto a los polinizadores.

Melocotón de Toro

Pongámonos en contexto, estamos a finales de febrero. Pensemos que estamos en el interior del invernadero y todavía no hay movimiento de floración en el exterior. Aquí las plantas se adelantan bastante respecto al exterior. Arboles como el melocotonero de Toro y el otro, sobre el comprado en Portugal, de carne amarilla, comienzan a abrir sus flores. En un año húmedo como este apenas hubo polinizadores que se acercaran por el invernadero ¿qué hacer?, no podemos dejar pasar la floración sin intentar asegurarla.

En ese momento solemos sacar el pincel que ya tenemos reservado para estos fines y con delicadeza comenzamos a pasarlo sobre las flores, rozando la zona del polen con los extremos de los pelos del pincel. Estamos recogiendo el polen sobre el pincel. Con delicadeza, de modo que las flores apenas se rozan y no se dañan.

Sobre portugués, de carne amarilla

Lo ideal es que en ese momento haya más de una variedad que florezca al mismo tiempo (de ahí que tengamos diferentes variedades injertadas en un mismo árbol) y siempre hay unas flores que se abren antes que otras. Tomamos pues el pincel con el polen y lo pasamos sobre el estigma de las flores, que sobresale como una antena por encima del polen. Apenas hay que rozar nuevamente.

Recogemos al hacerlo polen de ese melocotonero, con el que volvemos al primero a repetir la tarea, o lo pasamos rozando los estigmas florales a un tercero o a más si los hubiera y así sucesivamente. Intercambiamos así polen entre ellos. El cuajado de frutos será mayor.

Nectarina

El éxito está asegurado e incluso resulta excesivo cuando la floración es intensa, como lo fue la de este año. Como podéis ver hay muchos melocotones cuajados, ya con un digno tamaño. Algunos incluso geminados, algo que suele suceder cuando polinizamos manualmente.

De momento los dejamos crecer. Todavía no hay nada asegurado, y aunque pudiera parecer que dentro del invernadero están a salvo, dependen de cómo vaya todo en el exterior. Al estar cerca de la pared del plástico el frío todavía podría dañarlos.

Cuando el tiempo vaya más estable, ya en mayo retiraremos a mano una parte de los melocotones para que el árbol no se cargue en exceso y pueda hacerlos engordar adecuadamente los que dejemos, sin agotarse. Eso será importante para asegurar la floración del año siguiente.©

El huerto en la primera semana de abril

Durante esta semana la inestabilidad ha sido constante. Poco sol, muchas nubes, algo de lluvia y temperaturas que han sido predominantemente bajas, aunque hacia el final de semana han ido subiendo.

La tarea predominante del huerto han sido los semilleros, aunque también hemos continuado acabando de podar algún manzano y comenzando a elaborar un nuevo gallinero.©