Víspera del Aniversario de Diamante de Un Mensaje a la Conciencia

3 may 2024

Se transmitió por primera vez el 4 de mayo de 1964 por la emisora YSU en la República de El Salvador. Ese histórico día a nadie se le hubiera ocurrido que en el transcurso de sesenta años se difundiría, sin interrupción, dieciocho mil setecientos veinte días de lunes a sábado, no sólo por radio sino luego también por televisión y por la prensa escrita en más de treinta países, y posteriormente vía Internet y las redes sociales abarcando todo el mundo. De ahí que la voz de Pablo Finkenbinder, conocido internacionalmente como el Hermano Pablo, tal vez llegó a ser la voz más escuchada en todo el mundo hispanohablante. Y de ahí la magnitud de la responsabilidad que le entregó a este servidor, Carlos Rey, ya que a partir de 1996 el Hermano Pablo, a los setenta y cinco años de edad, deseando un merecido descanso del ajetreo diario de la preparación y producción de Un Mensaje a la Conciencia, dejó de grabar mensajes suyos. El reconocido veterano de los medios de comunicación decidió que a partir de esa fecha todos los nuevos mensajes los grabaría su sucesor.

En 1970 se produjeron setenta y dos Mensajes a la Conciencia en cintas de 16 milímetros, que se comenzaron a transmitir por televisión en Lima, Perú. Pero no fue sino hasta 1980 que se produjeron los primeros cien programas en video, lo que abrió paso a una distribución más amplia por televisión.

La primera columna de prensa del Hermano Pablo fue publicada en 1971 en la Prensa Gráfica de El Salvador. La primera columna electrónica de Un Mensaje a la Conciencia, vía Internet, apareció en www.conciencia.net en 1998, y actualmente en ese sitio, las veinticuatro horas del día, se pueden leer, escuchar e incluso ver en video todos los mensajes difundidos desde el año 2004.

Tal vez la descripción más acertada que se le haya dado a Un Mensaje a la Conciencia sea la que le dio el gerente general de Panamericana Televisión en Lima, Perú, quien calificó el programa como espiritual sin ser religioso. El Hermano Pablo mismo, desde el principio, se propuso «ser la voz de Dios a la conciencia de todo hispanohablante del mundo». En uno de los mensajes que grabó muchos años antes del 2012, en que falleció, él resumió esa declaración de misión en las siguientes palabras: «No ando buscando fantasmas ni levantando luces rojas. No soy ni sensacionalista ni fanático. Solamente hago un llamado a la conciencia e invito a la reflexión.»

Cumplidos sesenta años, Un Mensaje a la Conciencia sigue difundiéndose miles de veces al día en todo el mundo de habla hispana. Sin lugar a dudas, el Hermano Pablo logró su objetivo de ser la voz de Dios a nuestra conciencia. Pero la visión que tuvo el Hermano Pablo se extiende más allá de su objetivo inicial. Para que Un Mensaje a la Conciencia siga teniendo un futuro tan prometedor como su pasado, tiene que seguir despertando la conciencia del pueblo hispano a fin de rescatar los valores morales y espirituales de nuestra sociedad. Determinemos cada uno que vamos a contribuir a extender esa visión. Abracemos individualmente esos valores culturales, morales y espirituales, y defendámoslos a capa y espada para así legarles a las futuras generaciones un mundo mejor, transformado por el poder y la gracia de Jesucristo.

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