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un simple sueo?
"Cuntame, cmo te ha ido, si has conocido la felicidad" preguntaba el estribillo de una
popular cancin de los primeros aos 70. Es en esta poca cuando comienza a hablarse de la
felicidad como meta que da sentido a la vida. No se baraja tanto la querencia y el derecho
del ser humano a la felicidad como premio a un denodado empeo o a las buenas obras
realizadas, sino como la casi obligatoriedad de ser feliz de vivir en un estado placentero
permanente. No vamos a reflexionar aqu sobre cuestiones conceptuales elevadas, de ndole
filosfica o tica. Partamos, simplemente, de un principio: tenemos derecho a ser felices y
el deber, como personas inteligentes, sensibles y sociables que somos, de encaminar
nuestra vida por un camino que nos depare ms satisfacciones que disgustos.
momento est relacionado con la satisfaccin que sentimos cuando al tener hambre por
primera vez, la leche materna nos satisfizo. Segn esta corriente psicolgica, conocida esa
vivencia de plenitud ansiamos reproducirla el resto de nuestra vida. Otra explicacin, ms
espiritual que cientfica, es la de que llevamos grabada en nuestro cdigo gentico una
cierta idea del paraso. Cualquiera que sea la argumentacin a que nos acojamos, buscamos
algo que en un determinado momento hemos experimentado pero no conocemos del todo.
En resumen, lo conveniente es dejar de buscar ese imposible idealizado, porque no lo vamos
a encontrar. La felicidad no el resultado de una bsqueda ni, menos an, del azar.
Meta o entelequia?
Ser feliz no es una entelequia, una creacin intelectual o cultural con difcil referente
objetivo. Es una aspiracin inherente al ser humano, que cada persona debe trabajar y
cultivar individualmente. Es un derecho y, en cierto modo, un deber de cada uno de
nosotros. Porque ser infeliz equivale a vivir contranatura. Pero ser feliz no es disfrutar de
una alegra constante, sino percibirnos involucrados en cada detalle de nuestras vidas,
conectados con la emocin que nos suscita cada momento, atendiendo a lo que nos est
ocurriendo y dando respuesta a la situacin, sintonizando con lo que nos rodea. En otras
palabras, vivir y disfrutar el aqu y ahora.
As, deberamos saltar a otro estadio, pasar a hablar de momentos felices, de instantes de
placer, bienestar, alegra, satisfaccin con uno mismo, por algn logro conseguido tras el
esfuerzo previo realizado. Y es que los mejores momentos de nuestra vida no son
forzosamente los receptivos o relajados . Suelen llegar cuando mente y cuerpo al unsono
llegan a su lmite de esfuerzo para conseguir algo que valoramos mucho. Un momento feliz,
una experiencia ptima, es algo que hacemos que nos suceda. Los autnticos instantes de
gozo, ricos en serenidad y paz interior, no se deben normalmente a acontecimientos
externos. La vida es larga, compleja y diversa y en ella caben momentos de fastidio,
malhumor, preocupacin, dolor, amor, alegra, placer, gozo... una lista interminable de
sensaciones, sentimientos y emociones. Olvidmonos de la felicidad como abstracto y
concretmosla en su instante. Ahora bien, conseguir saborearla depende, como veamos
anteriormente, de nuestra actitud ante la vida
Seamos positivos
Las personas con una actitud positiva ante la vida sufren y padecen las vicisitudes
desagradables de quienes muestran una actitud negativa, pero con la diferencia de que los
primeros actan eficazmente en la resolucin de sus problemas mientras que los segundos se
conduelen y bloquean.
Es precisamente esta actitud positiva lo que hace que un acontecimiento negativo no nos
impida vivir con plenitud. Las preocupaciones, el malhumor, la rabia, las enfermedades
propias o de nuestros seres queridos, los problemas econmicos, la fatiga, las frustraciones
vocacionales, los conflictos con la pareja o con los hijos o con la gente que se empea en
amargarnos la vida, siempre van a estar ah. Pero actuando con espritu positivo, podremos
pensar y buscar soluciones con mayores probabilidades de xito. En definitiva, se sobrelleva
mucho mejor el conflicto.
Las dificultades existen y esta sociedad tan competitiva en que vivimos nos invita
permanentemente a elevar el listn de la exigencia e indirectamente a no sentirnos felices,
aunque paradjicamente casi se nos obligue a serlo, siempre que no queramos ubicarnos en
ese nicho de marginacin que ocupan los "fracasados". Una actitud positiva no es sinnimo de
felicidad, sino de ejecucin eficaz: vivamos los momentos de malestar sin desesperarnos, sin
culpabilizarnos ni culpar a los otros y sobre todo, sin paralizarnos.
Esta actitud positiva nos ayuda tambin a disfrutar de los momentos felices y a abrirnos al
mundo que nos rodea, promueve la escucha activa y participativa. Y nos anima a la
disposicin a compartir desde la vulnerabilidad, a aceptar el riesgo y a sentir y amar. Si
tuviramos que asociar estos momentos felices con alguna emocin especfica , sera con la
pasin. Entendida como apasionarse con las cosas que hacemos y vivimos, sentirlas como
creacin propia, valorarlas y enorgullecernos de ellos.
Afrontar con realismo y buena actitud cada situacin en que nos encontramos.
http://revista.consumer.es/web/es/20011201/interiormente/31023.php