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¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia? Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores …More
¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia?
Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,18-20). "Cada uno de los obispos, por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares" (LG 23). Como tales ejercen "su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada" (LG 23), asistidos por los presbíteros y los diáconos. Pero, como miembros del colegio episcopal, cada uno de ellos participa …More
Mensajero Mariano
¿Jesucristo otorgó a San Pedro un rango especial?
Si, como ya hemos visto, en todo el Nuevo testamento se nota que Pedro es le líder de los Apóstoles por mandato directo de Dios. Como se lee en el capitulo 16 del evangelio según San Mateo, Cristo le da a Pedro el Primado de la Iglesia, los demás se sujetaron a su autoridad, como vemos a el Domingo de Resurrección, el Señor mando mensajeras: “…More
¿Jesucristo otorgó a San Pedro un rango especial?

Si, como ya hemos visto, en todo el Nuevo testamento se nota que Pedro es le líder de los Apóstoles por mandato directo de Dios. Como se lee en el capitulo 16 del evangelio según San Mateo, Cristo le da a Pedro el Primado de la Iglesia, los demás se sujetaron a su autoridad, como vemos a el Domingo de Resurrección, el Señor mando mensajeras: “Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo” (Marcos 16,7) Como vemos en la Biblia, los apóstoles reconocen la primacía de Pedro, así por ejemplo Juan lo deja entrar de primero al sepulcro vació el domingo de resurrección (Juan 20,3-8); igualmente, Pablo manifiesta que Cristo se apareció a Pedro, y luego a los doce (1Corintios 15,5; véase también Lucas 24,34). Después de la ascensión de Jesús, Pedro dirige la Iglesia y es el interprete de la antiguas escrituras (cf Hechos 1,15-26), fue Pedro quien toma la palabra ante los ciento veinte creyentes, en la escogencia de Matías en reemplazo de Judas (cf Hechos 1,15); vemos a S. Pedro como vocero de toda la Iglesia en Pentecostés (cf Hechos 2,14-42), es el primero que empieza a proclamar a Cristo resucitado (Hechos 2,14-32), "Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas"(Hechos 2,41), es el primero en hacer un milagro público al curar al cojo de nacimiento en el templo de la Ciudad Santa (Hechos 3,6), después se dedica a predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (Hechos 3,12ss), también es el vocero en el Templo (cf Hechos 3,11) y ante el consejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades religiosas del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo (Hechos 4,8ss). Pedro y los demás apóstoles, responden a la prohibición del Sanedrín de enseñar en el nombre de Jesús: “Pedro y los apóstoles contestaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5,29) también es máxima autoridad en el concilio de los Apóstoles en Jerusalén (cf Hechos 15,7-29), y se respeta y honra mucho a San Pedro "... Hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos" (Hechos 5,15). San Pablo, apóstol de los gentiles viaja a Jerusalén para conocerlo (Gálatas 1,18). Pedro pone al descubierto la mentira del trágico caso de Ananías y Safira (Hechos 5,1-10); y reprende a Simón (el mago), que había ofrecido dinero a los apóstoles para obtener el Espíritu Santo con la imposición de las manos (Hechos 8,18-23). La predicación de Pedro en la casa del capitán romano Cornelio, trae como resultado el bautismo y la aceptación del mensaje de Dios de una familia no judía (Hechos 10,44-48). Este hecho generó en algunos creyentes de Jerusalén grandes dudas (lee Hechos 11,1-3); pero ante la explicación de Pedro de sus actos, "todos se callaron y alabaron a Dios" (Hechos 11,18). Además cuando el rey Herodes lo manda a prisión, se eleva en toda la Iglesia una oración por él (Hechos 12,5), lo que provoca la intervención milagrosa de un ángel del Señor que lo saca de la cárcel (Hechos 6-10). En el incidente ocurrido en la iglesia de Antioquía sobre la cuestión de imponer la circuncisión a los cristianos procedentes del paganismo, Pablo le llama la atención a Pedro por tomar partido en este punto (Gálatas 2,11-14). Sin embargo, Pablo lo que le reprocha es su forma de actuar, pero no pone en tela de juicio su misión de jefe del colegio apostólico y de la Iglesia de Cristo. Incluso, es el mismo Pedro quien pone fin a la discusión (Hechos 15, 6-11); lo que contó además con las palabras de Santiago a favor suyo (Hechos13-14). Por todo esto, Pedro aparece como el primer apóstol de los paganos (Hechos 15,7), y también de los judíos (Gálatas 2,7-8).

62. ¿Porque la Iglesia Católica dice que el Papa es Infalible?

Porque Cristo al darle la misión de confirmar la fe de toda la Iglesia, le promete, interceder por él, para que su fe no desfallezca, por eso el Papa es infalible en los asuntos de fe, porque cuenta con la ayuda especial de Dios, para cumplir su magisterio de interpretar y difundir las Escritura a la luz del Espíritu Santo y guiarnos por camino seguro: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32). Como vemos entre los apóstoles solo a Pedro se le da el poder y la misión de confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, y por eso Cristo ruega por él, para que no equivoque nunca en los asuntos referentes a la fe. "El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).

La asistencia divina es también concedida a los sucesores de los apóstoles, cuando enseñan en comunión con el sucesor de Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definición infalible y sin pronunciarse de una "manera definitiva", proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseñanza que conduce a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres. A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse...con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25) que, aunque distinto del asentimiento de la fe, es una prolongación de él.

“Seguid todos al obispo como Jesucristo (sigue) a su Padre, y al presbiterio como a los apóstoles; en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia” (San Ignacio de Antioquía, Smyrn. 8,1).

Pedro y los demás Papas siguen siendo hombres, con defectos, virtudes y con necesidad de la misericordia divina, porque a pesar de su investidura y misión están en un proceso de perfección al igual que todo cristiano, recurren frecuentemente al sacramento de la confesión ante otros sacerdotes, pero cuando obran en Nombre de Cristo como Piedra de la Iglesia, para dirigirla son infalibles en los aspectos de Fe por la garantía de Cristo, que le encomienda confirmar la fe de sus hermanos y por eso el Primer Papa empieza una de sus cartas de esta forma: "Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra” (II Pedro 1,1).