Últimamente me he visto inmerso dentro de desafíos nuevos y diferentes. Salí de mi zona de confort al emigrar hace poco más de un año y no sólo me ha tocado una nueva escenografía con nuevos actores, sino también un nuevo idioma. Además, en mi país de origen siempre fui el experto, el terapeuta, el coach, el profesor o el facilitador, rodeado mayoritariamente de profesionales, mientras que ahora, como inmigrante analfabeta, me ha tocado lidiar con un tipo de personajes a los que no estaba acostumbrado. Y todo esto me ha puesto a prueba y ha sido una oportunidad de llevar a la práctica todo lo aprendido una vez más, pero ahora con un mayor grado de dificultad!
Quisiera hacer un alto en esta experiencia para compartir nuevamente en este Blog con mis lectores y recapitular algunos de los principales temas que he tratado en la gran mayoría de mis publicaciones, así como también desarrollar un aspecto particular relacionado con mis reflexiones actuales. Cada uno de los temas que mencionnaré a continuación, los he abordado en los artículos previos. Sin embargo, no voy a hacer referencia específica de ellos, sino en forma muy general.
Un primer tema que he tratado es que al enfrentarnos al mundo en las diferentes cosas que hacemos, hay dos resultados posibles: Un resultado posible es la vida y el otro la muerte. Hay cosas que prosperan y nos llevan a otras, mientras que hay otros caminos que no nos nos proporcionan progreso ni bienestar, sino que todo lo contrario, no nos llevan a ningún lugar o nos conducen al sufrimiento. Así que, es crucial que sepamos diferenciar un camino de otro de manera que podamos escoger solo caminos fructiferos.
Todos sabemos que estamos de paso y que lo único seguro es la muerte. Pero cuando uso este término tengo en mente una visión que va más allá de la concepción biológica tradicional. No se trata de la muerte como un fenómeno físico. Hay mucha gente que está muerta en vida, y hay mucha gente que si bien ya no está presente ha dejado un legado que todavía vive y proporciona vida a su vez.
El resultado asociado con la vida tiene que ver con todo aquello que perdura. Con todo eso que hacemos que deja una huella, que contribuye, que participa del proceso de creación de vida. Es algo que brota, que crece, que florece, que retoña y se multiplica una y otra vez. Son las buenas obras que hacemos: enseñar, escribir, ayudar, inspirar, tener hijos buenos. Es común decir que antes de “morir” hay que sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, para de esa manera trascender la muerte biológica. Es algo eterno, porque una acción conduce a la otra y a otra y a otra … formando parte del tejido vivo que conforma la vida del ser humano en este planeta.
El resultado asociado a la muerte tiene que ver con todo aquello que se frena, se estanca, se atrofia, se sale del camino, se vuelve en nuestra contra, hace daño a otros y a nosotros y termina por ser eliminado. No llega a nada. Perece y desaparece. Es algo limitado, que nació mal y termina mal. Y que por más auge y fuerza que llegue a tener, finalmente muere. Y esto pasa con algunas de nuestras cosas, trabajos, amistades, planes y relaciones. Que parecían eternas y luego las perdimos. Incluso toda una carrera profesional o hasta una misma identidad personal en la que nos basamos (Hice referencia a esto al comentar La Muerte de Ivan Ilich).
En otra perspectiva y con otra intención, Freud atisbó esta dicotomía reconociendo que existía una tendencia interna del ser humano a ir en pos de la vida (instinto de vida o eros) pero al mismo tiempo también había otra que atraía a la persona hacia la muerte (instinto de muerte o thanatos). El definió el instinto de vida como la tendencia a buscar nuevos niveles de organización de mayor complejidad y el instinto de muerte como una tendencia a la vida inorgánica, es decir, a la desorganización y la descomposición.
Este concepto de organización gradual y progresiva de lo inorgánico a lo orgánico y luego hacia formas mucho más evolucionadas, fue una idea clave en Tehilard de Chardain. Por su background religioso, se atrevió a unir Ciencia y Religión y plantear que esas formas más evolucionadas a la que aspiraba la materia apuntaban al mismísimo Absoluto, que llamó el Punto Omega. También tocó esta dicotomía Spinoza al decir que las dos emociones básicas son la felicidad y la pena. La felicidad es la emoción que sentimos cuando percibimos que estamos progresando hacia el estado de perfección (absoluta) y la pena es cuando percibimos que estamos alejándonos de ese estado.
Asocio estas ideas con las de Hobfol, en su teoría transaccional del estrés. El plentea que el estrés es la tensión que sentimos al percibir que tenemos que usar recursos nuestros que no vamos a poder reponer. Y entonces este uso de recursos, que vemos como una pérdida difícil de recuperar, nos produce ansiedad. Mi interpretación uniéndolo a estas ideas, es que la razón por la cual sentimos esta pena es porque la pérdida la asociamos al final con la muerte. Existe, de hecho, una teoría psicológica que plantea que la motivación fundamental del individuo es la de acumular recursos (Teoría COR). ¿Por qué acumular recursos? Porque ellos nos ayudan a enfrentar las demandas del medio ambiente. Mientras más recursos tenemos, contamos con mayor fuerza para lidiar con las presiones, exigencias y demandas. Pero en la medida que tenemos menos, nos angustiamos. Primero que nada, porque el problema amenaza con eliminarnos, con neutralizarnos, con sacarnos del juego.
Este tema del camino de la vida y el camino de la muerte lo llamé en otros post «posiciones existenciales» queriendo decir, que son «estados» o «modos» de vivir. El camino de la vida lo denominé, basado en la Psicología Positiva, espirales de crecimiento. En este tema se incluyen diversos artículos relacionados con el empowerment, el engagement, el flujo, las emociones positivas, la resiliencia y el bienestar psicológico. El camino de la muerte lo denominé antes espirales decrecientes. No he dedicado artículos exclusivamente a este camino en particular. También identifiqué un estadio intermedio que deja de ser un camino de crecimiento, pero que todavía no se ha convertido en una espiral decreciente, al que llamé «Acoso». He dedicado un par de artículos a este estado de acoso el cual he comparado con lo que en la guerra se conoce como «sitiar» un lugar, es decir, colocarlo en una situación en la que se produzca su rendición.
El segundo tema que he abordado es que en el proceso de interacción con el mundo generamos impurezas. Sea en el proceso de creación de vida o sea en el proceso de creación de muerte. En ambos caminos, creamos impurezas. Por ello, tenemos que “limpiarnos” continuamente. Es un concepto clave en la Biología. Los organismos ingieren ciertos elementos que contienen nutrientes, pero a la vez contienen sustancias no necesarias. Entonces tiene que haber un proceso de limpieza a través de la eliminación. Tanto de aquello que aun siendo esencial se encuentra en exceso, como de aquello que no es necesario. Este proceso se repite en la respiración, en la digestión, el sistema renal y en el sistema linfático.
La eliminación biológica, trasladado a la vida, tiene que ver con donar, voluntariar y ayudar, es decir, dar a otros cosas que nos sobran a nosotros, que pueden ser materiales o no materiales. Esto sirve para recordarnos que somos un mero instrumento a través del cual la vida ha decidido repartir a todos. Lo que recibimos como bendiciones no es debido a que somos superiores y por tanto debemos monopolizarlo para dominar y oprimir a otros, como han creen muchos. Si hemos tenido el mérito de tener talentos y dones que nos permitan alcanzar cosas que el promedio no puede, esto es una responsabilidad realmente, porque tenemos en nuestras manos las posibilidades para que otros puedan conectarse a ese “circuito”. Quien crea que lo mucho que tiene es porque es muy “smart” y mire por rabillo del ojo a los otros, está creando muerte, lo que hará que lo logrado no perdure en el tiempo.
En el blog este tema lo he abordado en muchos post donde hablo de la importancia de dar, compartir, del comportamiento alocéntrico en contraposición al egocéntrico, de vencer la tendencia al egoismo. Por mi background organizacional dediqué también en esta línea al tema del Liderazgo Positivo.
La eliminación de las sustancias no necesarias, por su parte, tiene que ver con dejar atrás experiencias, relaciones o conductas que no nos convienen. Nos enfrentamos a una experiencia que resulta negativa para nosotros, entonces tenemos que tomar lo bueno y desechar lo malo y seguir adelante. Muchas veces las personas andan aferradas a relaciones y experiencias negativas y no terminan por dejarlas atrás. Esto lo que hace es condenarlas y limitar el flujo de la vida.
Para que pueda darse este proceso de eliminación tiene que haber previamente un procesamiento. En la digestión hay que determinar cuáles son los nutrientes para luego absorberlos. En la respiración hay que identificar al oxígeno y luego extraerlo del aire. Asimismo, en la vida hay que analizar las experiencias y extraer de allí las lecciones y lo bueno. Luego tiene que haber un proceso de eliminación de lo que no es útil y necesario.
Este tema lo he abordado en forma general en muchos artículos, pero pocas veces de forma explítica. En un momento dado hablé del perdón como mecanismo necesario para dejar atrás los resentimientos. Así que al final haré un comentario adicional sobre el mismo.
Un tercer tema que he tocado en mis artículos es que tenemos que afrontar los problemas que se nos presentan, no evitarlos. Hay que buscar una solución y resolverlos. Esto requiere el uso de la inteligencia para definir el problema y para identificar opciones, evaluarlas, escoger la mejor e instrumentarla. Además, mientras lo resolvemos, tenemos que ir lidiando con el estrés y las emociones que genera, de manera de que nuestra afectividad colabore y no termine por hacernos daño. El primer aspecto lo he llamado el Solving Problem (afrontamiento primario) y he dedicado menos artículos a este tema comparativamente con los otros, y el segundo es el Afrontamiento Emocional (afrontamiento secundario) al cual he dedicado muchos artículos. Un aspecto clave a destacar en este tema, es que el afrontamiento emocional no es un sustituto de la resolución de problemas, sino que es una herramienta que debe ser usada en paralelo.
Un cuarto tema que he tratado muchas veces y de variadas maneras, es que al resolver los problemas, es importante hacer una segunda reflexión para revisar qué de nosotros mismos contribuye en la definición, creación y mantenimiento del problema o es afín a él y lo ha “atraído” hacia nuestra vida. Esto lo he mencionado en muchos artículos también. Ahí está la idea del Principio de Isomorfismo Estructural planteado por Maturana. Tal como lo expuso en el Arbol de Conocimiento, el medio ambiente no es constante, sino variable. Es decir, no es igual en el tiempo y el espacio, sino que hay una especificidad. Para ilustrar esta idea: hay lugares en el mundo y momentos en la humanidad que se ha caracterizado por la pobreza y otros por la alegría, unos por el progreso y otros por el estancamiento, tiempos y lugares de paz y otros de guerra.
Por su parte, dentro de una misma especie hay diferencias individuales: cada organismo es diferente entre sí. Esta variabilidad es mayor mientras mayor es el grado evolutivo de la especie. Estas diferencias vienen dadas por su estructura. La estructura es el conjunto de rasgos estables, no circunstanciales o accidentales que vienen dadas por su genotipo y su fenotipo. En el caso del hombre, que tiene discernimiento y lenguaje, también por su sistema de significados. Esto lo han llamado el Memetipo. A modo de ejemplo, hay gente que usa a los niños en la Guerra o los consideran héroes si actúan como KamiKazis, mientras que hay otro tipo de personas que valoran la vida y protegen a los niños. Hay gente que es cruel o extingue a los animales, mientras que hay gente que los cuida y busca su preservación. Hay gente que quiere la guerra y la confrontocación mientras otros quieren la paz. Hay qente que quiere vivir de la ayuda y hay gente que quiere valerse por si misma. Hay gente que ve a la mujer como un instrumento y hay otros que la ven como una compañera. Y cada tipo de persona de estos grupos se vinculará con cierto tipo de productos, eventos y acciones de una forma estructural, es decir, predecible.
En función de su estructura, cada organismo encuentra un nicho en el ambiente en donde se produzca un Acoplamiento Estructural, es decir, donde exista una similitud entre su estructura con la del medio ambiente en términos de espacio y tiempo. Por ejemplo, alguien dado a los vicios y las perversiones sexuales, acudirá a cierto tipo de lugares y conocerá a cierto tipo de personas. Es decir, que no es “casual” que a alguien esté en determinada circunstancia, sino que hay una “causalidad” que ha obrado de una manera implícita, colocando a determinada persona en determinada situación. O sea que la gente tiende a unirse entre sí y en situaciones con las que guardan una estructura similar de significados. Por eso, tiende a encontrar gente con una visión similar del mundo con la que compartir y con un estilo de vida parecido, pero asimismo, a convivir dentro de una determinada zona geográfica y cultural con ciertas características que también guardan alguna similitud con su sistema de creencias. (Nota 1)
Una persona al encontrarse ante un problema específico, primeramente debe resolverlo apelando al uso de estrategias directas de intervención. Estas son aquellos que son producto de la reflexión primaria o Aprendizaje. Consisten en probar nuevas opciones una y otra vez, tantas veces como sea necesario, hasta dar con una solución. Pero este ciclo de retroalimentación primario no basta. También es importante que se tome otra mirada de mayor alcance para poder auto evaluarse a sí mismo en tanto Actor y ver la propia estructura de Significados desde la cuál se Observa y se Actúa y, cómo esta estructura colabora, contribuye y sostiene el Problema externo. Es decir, es necesario darse cuenta de qué creencias, percepciones, actitudes, intenciones, motivos, propósitos, paradigmas y afectos (emociones, sentimientos y estados de ánimo), están influyendo en el Problema. Esto constituye un segundo ciclo de retroalimentación denominado reflexión secundaria y es el que da lugar al Cambio.
De la Física Cuántica se han derivado ideas similares. La idea de que “colapsamos” una de las realidades posibles como producto de nuestra “observación”. De tal manera que como Observadores somos realmente unos Co-creadores de la Realidad. Y lo peor, es que muchas veces no somos conscientes de estos elementos estructurales de significado dentro de nosotros que están creando nuestras tragedias individuales y colectivas, y actuamos como el Aprendiz de Brujo del Poema de Gohete, que puso en práctica las artes mágicas antes de aprender a dominarlas produciendo eventos que se escaparon de su control (llevado a la música por Paul Dukas y a los dibujos animados a través del Film Fantasía (https://youtu.be/YAl4IAHjQCE, https://youtu.be/2DX2yVucz24)
La única forma de salir de esta tendencia a la repetición, es Cambiar. No sólo cambiar la Acción, sino también cambiar a nivel del Meme, es decir, cambiar el sistema de significación, la estructura Memetípica. Si cambiamos nuestros puntos de partida como Observadores-Actores, cambiaremos la realidad que nos rodea. A tal punto, que a lo mejor el Problema, se disuelve, desaparece. El Problema, muchas veces es un espejismo que nos está mostrando algo que debemos cambiar, tal como decía Jung.
No quiere decir esto que el Problema no “exista”. Algunos problemas son una Construcción Social y se mantienen y son alimentados por la percepción consensuada de una Comunidad que los mantiene vivos. Así que Sí Existe, de alguna manera. Pero si tomamos conciencia de los elementos de nuestra Estructura que son afines a esa situación y los Cambiamos, ahora siendo otros Organismos con otra Estructura, ya ese Ambiente no hace match con nosotros. Lo que pasará a continuación, más temprano que tarde, es que cambiemos de contexto, y así desde nuestro punto de vista (experiencia fenoménica) el problema deja de existir.
Otro quinto tema que he tratado, un tema medular dentro de todos estos temas, es el tema de la dirección de nuestras vida. Bajo este tema he dedicado posts a la que objetivos, metas y propositos perseguir y, lo más importante, que debemos fijar nuestra dirección en función de nuestro Self. Dentro de nuestra Psiquis existe una esencia central que debe distinguirse de otras entidades psiquicas, a la que debe darse un espacio de expresión y de desarrollo. Es un Ser Potencial, al que hay que dar a luz y criar para que haga aportes al mundo. Los primeros cuatro temas son temas relacionados con el Qué y el Cómo de las transacciones con el mundo. Y este quinto tema tiene que ver con el Por Qué y el Para Qué de todas esas transacciones, que finalmente conduce al «Dónde». Es lo que le viene a dar un sentido de dirección a todo lo demás.
La razón principal por la cuál debemos de protegernos de la «muerte» y a alargar y hacer prolífica nuestra vida, no es para delitarnos en la mesa o con los amigos y familiares, sino para poder construir el espacio, el vehículo, el terreno, donde pueda prosperar nuestra esencia y desarrollarse en la dirección de su Individuación, es decir, del desarrollo y cristalización del aporte único y especial que cada Ser Humano tiene para dar en el Mundo.
Todos somos necesarios y tenemos un papel en este Mundo y tenemos un aporte especial y único para dar. Y no tenemos por qué rivalizar ni competir con nadie para obtener nuestro espacio. Sólo tenemos que luchar con todas las inclinaciones internas que atentan con acortar nuestra vida y ensombrecerla. Pero en la medida que somos exitosos en alejar la muerte y combatir todas las batallas interna en forma triunfal, tenemos más oportunidad de realizar nuestro Trabajo Personal de dar a luz nuestra Esencia y hacer nuestra Contribución en este mundo. Muchos de mis últimas publicaciones han tenido que ver con este tema.
En algún momento al tratar el tema que enumeré como quinto, expuse la idea de que tenemos una “doble semilla”. Lo dije de ese modo usando la terminología usada por James Hillman para dar forma a las ideas de Jung sobre el Self. Es la idea de que hay una esencia nuestra que tiene que ser desarrollada a través del proceso de Individuación. Estas ideas encuentran eco en el marco filosófico desarrollado por los Existencialistas que hablaron del Ser Real, el Ser Potencial, el Ser en el Tiempo. La idea de fondo es que hay un Ser Potencial que tenemos que dar a luz nosotros mismos, para lo cual tenemos que hacer un Trabajo Personal que permita su expresión y desarrollo.
Usando esta terminología agregué la idea de la “doble semilla” para referirme a que junto con Nuestra Esencia, también existe algo muy individual, pero inadecuado, algo que debemos de “pulir”. No solo hay una esencia con cualidades dentro de nosotros, sino que también hay algo allí con lo que hay que tener cuidado, que debemos restringir y mantener bajo control, sino eliminar o transformar.
Discrepo de Hillman cuando dice que el descarrilamiento de los personajes que analiza en The Soul´s Code, es parte de la semilla también. Por mi parte considero que son dos componentes diferentes. Lo que sucede es que cuando la persona progresa y va tomando fuerza adquiriendo dominio, habilidades y recursos, desarrolla sus potencialidades y las expresa, esta “mala hierba” también crece y toma fuerza, pudiendo volverse en contra de la persona y llevarla a la destrucción.
Lo llamé doble semilla, porque al hablar de agricultura me vino a la mente cuando compras una planta en una bolsa plástica llena de tierra y luego llegas a plantarla al lugar escogido, abres un agujero en el jardín suficientemente amplio para que quepan las raices junto con la tierra que se adhirió mientras estuvo en la bolsa. Luego en esa tierra también hay otras semillas sembradas de maleza que germinan luego en tu jardín. Pero otra metáfora que se me ocurre ahora, es que es como una cáscara o una telaraña que envuelve a la semilla del Self, de tal manera que cuando crece el Self, también crece esta envoltura queriendo robar su energía y pudiendo mantener sometida y atrapada a la persona.
Esta envoltura, siguiendo con el símil, consiste en buena medida en unos modos inadecuados de afrontamiento que usamos al ser demandados por las circunstancias. Que son diversos y muy propios. Y es muy importante identificar a estas tendencias propias que son nuestros principales enemigos. Más que el problema o desafío mismo que está “fuera”, mucho peor es este enemigo, pues es interno, no lo vemos claramente, y se alimenta de nosotros mismos.
Siempre me llamó la atención la historia que presentó Milos Forman en el Film Mozart sobre la rivalidad con Salieri y el papel que este jugó en su muerte (coincidencialemente murió por los días en que preparé este artículo). Si bien el film es una ficción que parte de un rumor de la época, la podemos usar como ejemplo para ilustrar estas ideas. La primera vez que vi este Film me enfoqué en la idea de que hay gente malvada dispuesta hacer todo para destruir a otros por mera envidia. Muchos años después volví a ver este Film. Ya me encontraba en este camino de estudio y reflexión que he compartido en este Blog. Esta vez, aprecié otro ángulo. Me llamó la atención cómo hay debilidades que tenemos que, pese a nuestros talentos, pudieran hacernos tretas y llevarnos a las calamidades, la angustia, la agonía, la enfermedad y la muerte prematura. Como los personajes famosos que analiza Hillman, así como muchos otros famosos de los cuáles sabemos que pese a todos sus talentos, han sucumbido por sus propias debilidades de carácter.(https://youtu.be/-ciFTP_KRy4)
De estos cinco temas, quisiera añadir algo nuevo que tiene que ver con los temas segundo y tercero. Me refiero, al proceso de creación de impurezas en nuestras transacciones con el mundo y el afrontamiento que hacemos en las transaciones con el mundo.
Al enfrentar problemas y desafíos, se despiertan en nosotros ciertos modos de afrontamiento que son inadecuados. Para poder afrontar los problemas con éxito tenemos que usar estrategias que sean efectivas. Pero si usamos estas otras que nos surgen en forma automática, no sólo no son las más apropiadas y efectivas para resolver el problema, sino que además, son inadecuadas porque hacen daño a nosotros y/o a otros.
Los problemas y desafíos nos ponen a prueba, ciertamente. Nos generan angustia y preocupación. Y un primer efecto de esto, un efecto directo que he tratado en muchos de mis artículos, es dejar que esto penetre en la persona y lo consuma, a través del debilitamiento de sus energías y de su sistema inmunológico. Un segundo efecto que también abordé en otros de mis artículos y en muchas de mis clases y cursos, es un mecanismo defensivo llamado burn out. Este mecanismo nos lleva a restarle importancia al medio externo como una forma de lidiar con la tensión que nos produce. Esto lleva a la persona a reducir su Yo y su mundo de posibilidades. Lo llamé Indolencia en algunos artículos. También comenté que esta “indolencia” puede llevar a la persona a anularse hasta aislarse, pero en otros casos puede tomar la forma de “venganza”, como una forma de recuperar el Poder y la “dignidad personal”, desde del resentimiento y la herida, a través de “pagarla con otro” o buscar chivos expiatorios sobre quienes “desviar” el odio acumulado. Un tercer efecto del estrés incluiría estos modos inadecuados de afrontamiento. Me gustaría comentar en este artículo cuáles son estos modos, para que todos estemos atentos a identificarlos, porque ellos suelen pasar desapercibidos. Toqué este tema en un momento dado y las llamé “Fugas energéticas”. Esta vez para abordarlo los comentaré de otro modo.
Primeramente están los modos de afrontamiento inadecuados a nivel de nuestra Mente. Allí están las ideas y creencias sobre el mundo, sobre los demás y sobre nosotros, que son disfuncionales. Algunas de ellas, como el sentimiento de desvalorización personal, la minusvalía y la victimización, la idea de que nunca obtengo suficiente, la idea de que el otro es más feliz que yo, que tengo mala suerte, o que soy el mejor y superior pero nadie lo reconoce, el sentimiento de estar abandonado, o de no merecer un lugar en el mundo, la idea de no ser suficientemente competente o bueno, la idea de que todo va a ir mal, la idea de que el mundo no tiene remedio, la idea de que todos son egoístas y malvados, la idea de que las mujeres o los hombres son “así”, la idea de que todo el que le va bien es mejor, o que todo el que le va bien es malvado, o la idea de que los ricos son malos, o que los débiles son los malos, o que los de determinada raza o religión son peores. Además de cogniciones y estereotipos también están la percepción sesgada que ve sólo lo negativo, el pensamiento catastrófico, así como la tendencia a hacer Juicios de Atribución y de Causalidad equivocados. También a nivel mental se encuentra la Rumiación, que consiste en pensar excesivamente, no con un verdadero propósito de resolver el problema, sino solo para dar y dar vueltas sobre él. En fin, a este nivel encontramos todas las cogniciones, modos perceptivos y aperceptivos, así como alteraciones en los procesos de pensamiento que limitan la vida en general y el desarrollo del Self, y que impiden la restitución de la energía y la fuerza consumida en la batalla diaria.
En segundo lugar, hay forma de afrontamiento inadecuado a nivel del habla. Allí están el quejarnos, el dramatizar, el exagerar, el hablar demasiado o muy poco, el hablar mal de los demás, uso del reproche, el uso de la riña y la discusión, gritar y hablar alterado, despotricar, humillar a otros, hablar y hablar del mismo tema una y otra vez. Elevar la voz. Uso de vulgaridades. Y la Crítica a otros.
En tercer lugar, el afrontamiento inadecuado puede manifestarse a través de conductas específicas. Allí se encuentran la evitación y la negación de los problemas. Es decir, convivir con los problemas sin buscar solucionarlos y postergando su resolución (procrastinación). O desconociéndolos simplemente. Otra muy común es el uso y abuso de sustancias, entre ellas el alimento, el tabaquismo, las drogas y las bebidas alcohólicas. También aquí se encuentran las perversiones sexuales.
Entonces, para terminar, mi invitación en esta oportunidad, es que tomemos conciencia de qué estrategias de afrontamiento negativo usamos sin darnos cuenta y demos un paso adelante para desactivarlas. Toda la energía y recursos (dinero, tiempo, relaciones, dedicación) que hemos uisado en mantener a estos parasitos, al quedar libre, la podremos usar en algo nuevo, productivo, funcional y constructivo; en Estrategias de Afrontamiento Positivo y Efectivo.
Debemos tener presente entonces que el Afrontamiento Positivo y Efectivo, tiene dos dimensiones complementarias. Una dedicada a la resolución misma del problema (Problem Solving) y otra al Afrontamiento Emocional. Esta última, a su vez, consiste de dos componentes. Por un lado, es necesario mitigar el side effect que se produce al estar sometidos a altos niveles de tensión sostenida. Esto implica desmontar el Síndrome de Sacrificio: desactivar el Sistema Simpático y activar el Para-Simpático. En segundo lugar, conectar con emociones positivas para restaurar el estrato fisicoquímico del organismo: segregar endorfinas para producir alivio, segregar serotonina para “limpiar” las sinapsis y barrer los péptidos producidos por las emociones negativas, y segregar dopamina para energizarnos nuevamente. Sin este proceso de reseteo y restauración difícilmente podremos ser exitosos en la dimensión del Problem Solving. Mientras más lúcidos estemos, vamos a estar en mejores condiciones para mirarnos a nosotros mismos y ver lo que tenemos que cambiar de nosotros. Si tenemos este insight y nos comprometemos a poner de nuestra parte, tal vez nos veamos sorprendidos y nos demos cuenta que los problemas que nos aquejaban desaparecieron y que pasamos a un nuevo Capítulo de nuestra vida.
Nota 1: No se quiere decir que todo lo que le sucede a la persona está vinculado a ella. Pueden haber eventos fortuitos, accidentales y circunstanciales. Pero habrá personas que los lamenten, los sufran y los dejen pasar apenas puedan, mientras que hay personas que se quedan «enganchadas» en esa experiencia. Si hay estabilidad del evento en el tiempo o si hay repetición del mismo tipo de eventos, esto nos lleva a hipotetizar que existe una estructura dentro de la persona que guarda cierta afinidad con esto. A modo de ejemplo: una persona puede conseguirse con una relación decepcionante y luego dejar eso atrás y aprender de ello. Pero hay personas que se quedan en esa relación para toda la vida y se mantienen quejándose, sufriendo y pidiendo al otro que cambie.
Nota adicional: El tema tratado en este post dicho en breve es el siguiente: que el estrés despierta en nosotros formas de afrontamiento inadecuadas, incluso no sanas, y por tanto no efectivas. Usando el lenguaje Jungiano, el estrés despierta en nosotros la «función inferior». Este tema lo traté antes en otro post titulado «Estrés como desafío, no como amenaza» (https://wp.me/puWNX-aC). De acuerdo con este marco de referencia, hay 16 tipos psicológicos y cada persona encaja en uno en particular. Cada tipo implica que tengamos preferencia por usar una función predominante y una función auxiliar. Y que tengamos poca destreza en el uso de una función llamada «inferior». Cómo no tenemos dominio en el ejercicio de esta función, solemos expresarla en su peor versión. Entonces, ante el estrés, es muy probable que surgan mecanismos de afrontamiento típicos de la peor versión de nuestra función inferior. Recomiendo que haga el test de Myerss-Briggs, identifique su tipo e investigue cuál es su función inferior, para que esto le ayude a identificar sus mecanismos de afrontamiento inadecuados.