viernes, 9 de diciembre de 2016

Centenario de Kirk Douglas: Recordando El gran Carnaval (Ace in the hole)


Porque 100 años no se cumplen todos los días, excepto si te llamas Olivia de Havilland y también formas parte del olimpo del cine, queremos felicitar a Issur Danielovitch Demsky. Dicho así puede que no os suene nada, pero ese es el nombre real del mítico actor que fuera Espartaco, Van Gogh, el ballenero Ned Land de 20.000 lenguas de viaje submarino o el coronel Dax de Senderos de gloria, por citar solo algunos de sus trabajos más memorables. Óscar honorífico en 1996, Kirk Douglas fue un actor comprometido con el cine y con sus ideas, algo de lo que dio buena cuenta al embarcarse en una producción como Espartaco, que contó en el guion con Dalton Trumbo, guionista perseguido por el macarthismo

Hoy queremos recordarle con uno de sus papeles más despreciables, el del periodista Chuck Tatum en la casi olvidada película El gran carnaval de Billy Wilder, un clásico que siempre recomendamos fervientemente, más aún en estos tiempos que corren. El artículo original fue publicado en el número especial 20 aniversario de la revista Versión Original

Muchas felicidades Kirk, y gracias por habernos regalado tan buenos momentos!!

sábado, 9 de julio de 2016

El cazador, la epopeya de Michael Cimino


La semana pasada nos dejó un cineasta que si bien no fue muy prolífico (solo dirigió siete filmes a lo largo de su carrera) ha dejado huella en el cine. Nos referimos a Michael Cimino (1939-2016), director estadounidense con fama de maldito tras el fracaso que supuso la colosal La puerta del cielo (Heaven´s gate, 1980). 

Hemos querido rendirle un pequeño homenaje recordando una de sus mejores obras, El cazador (The deer hunter), y para ello, le hemos pedido permiso a José Manuel Rodríguez Pizarro para publicar un excelente texto que apareció en el número 200 de la revista Versión Original.

martes, 21 de junio de 2016

Buscando a Dory: una delicia para toda la familia























Comienza el verano y como suele ser habitual, nos esperan unos cuantos estrenos que nos invitan a salir corriendo aún a riesgo de pillar una insolación. Pero también, están previstos otros a los que le teníamos muchas ganas. Es el caso de
Buscando a Dory (Finding Dory), la esperada secuela del éxito de Pixar, Buscando a Nemo (2003). 


Nos preguntamos si estará a la altura de la original. Para salir de dudas requerimos a Diego J. Corral, todo un experto en las aventuras del pez payaso y la criatura más olvidadiza de todo el océano.

BUSCANDO A DORY
Por Diego J. Corral

Han pasado más de doce años desde que se estrenó en cines Buscando a Nemo (2003), todo un icono del cine familiar de animación, y una de las obras más importantes de Disney-Pixar. Ahora, los que somos admiradores de las aventuras de Nemo y compañía, podemos disfrutar de la ansiada secuela Buscando a Dory (2016), cuyo anuncio nos cogió por sorpresa varios años atrás. Parece ser que los productores no han dudado en darle protagonismo a uno de los personajes más encantadores y con más personalidad de la primera entrega, como es el caso de Dory, el olvidadizo pez cirujano. 

miércoles, 1 de junio de 2016

Entrevista a Francisco Espada, director de El país del miedo


Con motivo del estreno el pasado viernes 27 de mayo de la película El país del miedo, aprovechamos para entrevistar a su director y guionista, Francisco Espada.

Por María José Agudo @Mary_Agurod


En primer lugar, enhorabuena por conseguir que la película tenga recorrido más allá de festivales y pueda estrenarse en las carteleras comerciales de diferentes puntos de España (ver listado de salas). ¿Ha sido muy largo el proceso hasta llegar a la exhibición? Tengo entendido que pasaron siete años.

Levantar una película independiente siempre es un proceso lento y complicado, pero procuramos disfrutar del proceso que es lo realmente interesante y en este caso más.

El otro día en la presentación de la película en Badajoz definiste tu debut como “un thriller social que quiere colocar al espectador en el incómodo lugar del cobarde”, el de Carlos (José Luis García Pérez), un hombre corriente extorsionado por una niña violenta ¿Cuáles eran los temas que más te interesaban tratar cuando adaptaste el libro de Isaac Rosa? ¿Qué miedos te encontraste como director novel?

Me interesan los personajes contradictorios, como el protagonista de la novela y la película. Quería incidir en la cobardía como metáfora de una sociedad atrofiada por el miedo que es incapaz de dar salida racional a conflictos emocionales, y que en realidad está inducidos. El miedo como director y guionista era no estar a la altura de una novela muy compleja.

miércoles, 18 de mayo de 2016

80 años de El secreto de vivir de Frank Capra



Tal día como hoy (18 de mayo) pero hace 119 años nació en un pueblo siciliano uno de los directores más importantes del cine clásico norteamericano. Nos referimos a Francesco Rosario Capra, más conocido como Frank Capra, autor de películas que han pasado a la historia del cine como Sucedió una noche, Qué bello es vivir, Caballero sin espada o Juan Nadie. En esta ocasión, coincidiendo con el aniversario de este maestro os recomendamos El secreto de vivir (Mr Deeds goes to town, 1936), una encantadora comedia basada en un cuento "Opera Hat" que en este 2016 ha cumplido 80 años. 

domingo, 15 de mayo de 2016

Crítica de La bruja de Robert Eggers

Crítica de La bruja de Robert Eggers























La bruja


Cercado por imágenes de impacto completamente gratuitas, burdos sustos y una simplificación de sus recursos internos verdaderamente pueril, el cine de terror ha acabado por convertirse en una amorfa amalgama de trillados recursos que se van repitiendo película tras película de manera casi clónica. La desnaturalización de su esencia ha provocado que sean muy pocas las piezas importantes que el género haya ofrecido desde su último periodo verdaderamente significativo: los años setenta. Por ello mismo resulta tan importante la aparición de una película como La bruja (The Witch, Robert Eggers), cuya trascendencia (al igual que sucedió el año pasado con It Follows) es tan capital que corre el peligro, paradójicamente, de convertirse en un film-isla. En una obra condenada a nacer y morir en sí misma debido a que los derroteros del género no parecen tener los objetivos que apunta esta ópera prima de Robert Eggers.


Del Benjamin Christensen de La brujería a través de los tiempos al Carl Theodor Dreyer de Vampyr y Dies Irae, pasando por la dimensión paisajística de Andrei Tarkovsky y la profundidad psicológica de Bergman, La bruja expone sus referentes cinematográficos personalizándolos convenientemente y sin olvidar, jamás, la influencia pictórica de Goya, especialmente, en su turbadora secuencia final. Formalmente, la propuesta de Eggers es apabullante. Atmosférica, inquietante. Por momentos enloquecedora debido a lo que se atisba dentro de ella y que jamás se expone de manera evidente. La bruja se construye a partir de lo implícito, de lo que queda fuera de campo. De lo que se atisba a través de los diálogos y de las actitudes de sus personajes. Pero, sobre todo, a partir de una puesta en escena que no hace concesiones. Que embarca al espectador en un cosmos telúrico que deriva, a través del desquiciamiento psicológico de sus protagonistas, en un conjunto espectral que juega con una ambivalente idea de la esencia del Mal.

"La bruja se construye a partir de lo implícito, de lo que queda fuera de campo. De lo que se atisba a través de los diálogos y de las actitudes de sus personajes". 

¿Es el integrismo religioso el causante de la degeneración de unos seres que acaban autodestruyéndose? ¿Son las flaquezas internas de cada uno de ellos –los deseos incestuosos, los celos, la inseguridad, el sentimiento de culpa- lo que causa dicha deriva? ¿El aislamiento, la escisión de una colectividad en la que no tienen cabida? ¿O el Mal verdaderamente existe y todos debemos vencerlo purificándonos en un orgiástico aquelarre? Esta obra maestra plantea todas estas cuestiones sin dar respuesta a ninguna de ellas.

Lo mejor: Su estremecedor ambiente
Lo peor: Que se espere de ella que solo sea una película de terror



martes, 10 de mayo de 2016

Crítica de Capitán América: Civil War



¿Quién vigila a los Vengadores?
Por José Antonio García Sagardoy

Una mujer afroamericana sostiene entre sus manos la fotografía de su hijo. La muestra a cámara, impotente, porque no puede hacer otra cosa. Su hijo ya no está. Ha fallecido “por culpa” de las personas que debían protegerle. Esta imagen que describimos podría darse en cualquier informativo televisivo estadounidense, pero es una escena perteneciente a Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War, Anthony Russo y Joe Russo), la tercera entrega cinematográfica del conocido como Primer Vengador. En esta ocasión, la madre afligida es Miriam (Alfre Woodard), y el sujeto protector fallido no es otro que el mismísimo Iron Man (Robert Downey Jr.). Los hermanos Russo parecen haber aprovechado el gran escaparate que resulta el nuevo blockbuster de la Marvel para dar un pequeño tirón de orejas al gobierno de los Estados Unidos, –supuesto– paradigma de libertad e igualdad. La complicada situación actual que está atravesando el país de las oportunidades hace que sea necesaria la aparición de movimientos activistas como el sonado #BlackLivesMatter, que realiza campañas contra la violencia racial y condena la –cada vez más común– muerte de gente negra en homicidios cometidos por agentes que –en principio– son encargados de hacer cumplir la ley. Miriam pide explicaciones y responsabilidades a Tony Stark (verdadera identidad de Iron Man), mientras que las madres de los fallecidos a causa de la brutalidad policial en América las piden al presidente.