martes, 4 de noviembre de 2008

El holocasuto de hoy (5)

En la actualidad, no ofrecemos holocaustos a Dios trayendo un cordero, un becerro o dos palomas. Todo esto, era un simbolismo de Jesús, el verdadero "cordero de Dios que quita el pecado del mundo", pero sin duda, los principios presentados en este tipo de sacrificio, siguen vigentes hasta nuestros días.

El apóstol Pablo dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."

Según lo expresado, hoy en día continuando presentando "sacrificios" a Dios. Ya no son animales lo que ofrecemos, sino que nos presentamos a nosotros mismos ante él. Nuestros cuerpos y nuestras facultades intelectuales, deben ofrecerse al servicio y todo nuestro ser debe estar santificado.
Dios quiere que no nos conformemos a este siglo, desea transformarnos, somos llamados a ser distintos. Esto, sólo puede lograrse por una entrega completa a Dios, así como se hacía con el holocausto bíblico.



Te extiendo la invitación a que tu cuerpo, tu mente, tus capacidades, tu vida entera sea entregada completamente en las manos del Señor. Esta es una decisión de la cual nunca te arrepentirás.

martes, 28 de octubre de 2008

Estar dispuesto a darlo todo (4)

El holocausto era una de las maneras en que las personas de la antigüedad manifestaban su deseo de entregar todo a Dios sin reserva alguna. Recordemos que en este tipo de sacrificio, la persona entregaba todo el animal para ser quemado en ofrenda para Dios, no se guardaba nada para sí.

Uno de los aspectos que se mencionó de los holocaustos bíblicos, era su carácter voluntario. Dios no pedía holocaustos, los mismos salían del corazón de la persona.

Sin embargo existe un personaje bíblico al cuál Dios le pidió un holocausto y del todo especial. Cierto día Dios dijo a Abraham:

“…Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quién amas y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. (Génesis 22: 2).

Dios no sólo estaba pidiendo un holocausto, sino que pedía a Abraham que ofreciera a su propio hijo.

¿Cuánto estarías dispuesto a dar por Dios?

Sin duda alguna no fue fácil para Abraham tomar una decisión entre obedecer a Dios y sacrificar a su hijo, pero es importante destacar que entre esas dos opciones haya elegido la primera, es decir, obedecer a Dios y estar dispuesto a sacrificar a su propio hijo si eso era lo que Dios pedía.

En realidad, Dios no quería que Abraham matara a su hijo, tampoco era una especie de “juego” para ver la resistencia de este hombre. Pero ese día él aprendió verdades preciosas.

En el mismo momento que Abraham estaba por matar a su hijo, una voz del cielo le dice… “No extiendas tu mano sobre el muchacho”, al desviar su mirada, Abraham se dio cuenta que un carnero había quedado atrapado en una planta y entendió que este era el regalo de Dios para que él no sacrifique a su hijo. ¡¡¡Con cuánta alegría reemplazó a su hijo por este carnero!!!


Este carnero ocupó el lugar de Isaac y es la representación de aquel que también ocupó mi lugar y el tuyo. Jesús murió para que tengamos vida y en abundancia!!!

Como habrás notado, el holocausto era dar todo a Dios y la única razón para hacerlo era porque Dios da todo por el ser humano.

No temas darle hoy mismo a Dios tu corazón de manera completa, sin reservas. Ese es tu holocausto de hoy.



martes, 7 de octubre de 2008

Cuestión de gratitud (3)

Jesús muchas veces utilizó parábolas para dar a conocer las verdades celestiales a las personas. Estas ilustraciones tienen como objetivo principal explicar lo que no vemos a partir de lo que conocemos o con lo que nos relacionamos cada día.

Pero también hay historias en la Biblia que funcionan como “parábolas vivientes”, es decir, la experiencia de los personajes bíblicos, son ejemplos que me ayudan a entender lo que no veo.

¿Qué historias bíblicas nos ayudan a entender lo que significaba un sacrificio como el holocausto? hay varias, una de ellas es la historia de Noé.


Significado del holocausto en la vida de Noé:

Noé vivió en una época difícil, la sociedad de su tiempo pensaba continuamente sólo el mal (Gn. 6: 5), y a causa de esto, se le dio a la humanidad un plazo de 120 años para cambiar el curso de su historia (Gn. 6: 3).

Noé predicó durante ese tiempo rogando a la gente que cambiara su vida y la prueba era un arca. La tierra sería destruida por un diluvio y todo aquel que quisiera salvarse podía entrar al arca. Todos conocemos la historia… aún los animales comprendieron, pero de las personas sólo 8, entraron al arca

¿Cuánto tiempo estuvo Noé y su familia dentro del arca?

Muchos piensan que tan sólo 40 días… pero este fue el tiempo que llovió. Incluso Noé y su familia entraron al arca 7 días antes de que empezara a llover. La Biblia nos ayuda al relatar que el diluvio comenzó a los 17 días del mes segundo cuando Noé tenía 600 años (Gn. 7: 11), y que salieron del arca a los 27 días del mes segundo del año 601 de Noé, es decir, estuvieron poco más de un año dentro del arca.

Entonces al salir… ¿Qué fue lo primero que hizo Noé? Creo que lo estás imaginando… sí, ofreció un holocausto (Gn. 8: 20).


¿Por qué un holocausto?

Porque el holocausto, al ser voluntario, al nacer del corazón de una persona sin que Dios lo pida, era una manera de demostrar agradecimiento por las cosas dadas por el Señor. Noé demostró allí el inmenso agradecimiento que tenía para con Dios. No fue el arca lo que salvó a los animales, a él y a toda su familia, el arca sólo fue un medio por el cuál Dios los cuidó de la calamidad.

¿Cuán agradecido sos con Dios? A veces vivimos como si mereciéramos todo lo que tenemos, pero… ¿te detuviste a pensar alguna vez que Dios es quien da todas las cosas?

Por ello la actitud de Noé es un claro ejemplo del significado que tenía un holocausto.

Él podría haber pensado: “yo construí el arca” “mis manos salvaron a estos animales, a mi familia y a mí mismo de perecer en las aguas del diluvio”, pero ese no fue su pensamiento, en lugar de esto, estaba tan agradecido a Dios que al salir del barco lo primero que hizo fue edificar un altar y ofrecer voluntariamente un holocausto para Dios.

¿Hiciste tu holocausto de hoy? ¿agradeciste a Dios por la vida, la salud, por poder ver, caminar, saltar, correr?

¿Qué tenemos que agradecer? Podemos dar gracias por que todavía hay tiempo de corregir las equivocaciones, por que nos podemos acercar a las personas y pedir disculpas por los errores, porque tenemos amigos, por que pasamos buenos momentos, por la paz. Incluso si te equivocaste con Dios, hoy podes acercarte a él con toda confianza…

El holocausto bíblico nos recuerda la importancia de ser agradecidos y de no vivir como si todo fuera por simple casualidad.

Hasta nuestro próximo encuentro…

lunes, 29 de septiembre de 2008

Una respuesta del corazón (2)

Es llamativo que en tan sólo 17 versículos del primer capítulo del libro de Levítico, se mencione en tres oportunidades que el holocausto era de “olor grato para Jehová" (ver versículos 9, 13 y 17).

La pregunta que surge es la siguiente: ¿Qué era de olor grato a Jehová? ¿Acaso se complacía Dios del sacrificio de un animal?

Esto mismo se preguntó el profeta Miqueas:

“¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite?”... (Mi. 6: 7)

Sin lugar a dudas, el “olor grato” percibido por Dios en los holocaustos, no se debía al sacrificio o a la carne quemada.

Es importante recordar que el holocausto, era ante todo, una ofrenda voluntaria (Lv. 1: 3). Es decir, cuando una persona ofrendaba un holocausto lo hacía porque sentía el deseo de hacerlo, ya sea por agradecimiento o por consagración. Era una ofrenda que provenía del corazón.


En cierta ocasión, el profeta Samuel reflexionó:

“… ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención mejor que la grosura de los carneros” (1 Sam. 15: 22)

Lo que complacía a Dios de los holocaustos era que de manera voluntaria alguien se acercara a él, que el corazón de la persona reconocía todo lo recibido de Dios y quería agradecer al Señor.

Podemos servir a Dios mediante muchas actividades, con nuestro esfuerzo, cumpliendo con nuestro deber, y seguramente, esto es bueno. Pero Dios se complace cuando ofrecemos nuestro servicio no sólo por cumplir con el deber, sino ante todo, por amor con corazones agradecidos. Toda actividad que dediques a Dios, sólo es valedera y de bendición para los demás y para vos mismo, cuando va acompañada por el amor y nace del corazón voluntario.

Por esta misma razón, al igual que en el caso de los holocaustos, la Biblia menciona que el sacrificio de Jesús fue de olor grato a Jehová (Ef. 5: 2). Jesús ofreció su vida en sacrificio por ti y por mí de manera voluntaria. Él no fue forzado a hacer esto, su sacrificio nació del inmenso amor que siente por cada ser humano.

Así, la ofrenda conocida como holocausto, nos recuerda la importancia de obedecer, cumplir con el deber, pero ante todo, a realizar una entrega voluntaria al servicio de Dios, como una simple respuesta de amor a todo lo dado por él.

jueves, 21 de agosto de 2008

El Holocausto, una ofrenda significante (1)

El tercer libro de Moisés trata asuntos fundamentales en relación al sacerdocio y los servicios del antiguo santuario hebreo. En otras palabras, era una especie de instructivo para que los sacerdotes sepan como actuar ante las ofrendas que eran presentadas.

El primer sacrificio referido en Levítico es el “holocausto”. Esta palabra es de origen griego y significa “lo que se quema todo”, puesto que nada era retenido por el oferente (quien daba la ofrenda), ni por los sacerdotes.

Las características, forma en que se realizaba y demás, está explicado en los 17 versículos que contiene el capítulo primero de Levítico. A continuación, un esquema:


Características de la ofrenda:

· Era voluntaria (Vers. 3)

Animal que se ofrecía:

· Podía ser vacuno u ovejuno – Macho, sin defecto (Vers. 3, 10)
· En caso de ser pobre, se podían presentar tórtolas o palominos (Vers. 14)

Realización del sacrificio:

· El oferente ponía sus manos sobre la cabeza de la víctima y la degollaba (Vers. 4, 5)
· El sacerdote rociaba la sangre alrededor del altar (Vers. 5)
· La leña del altar debía estar ordenada (Vers. 7)
· El sacerdote debía cortar en piezas la víctima y ponerla ordenadamente sobre el altar (Vers. 6, 8, 12)
· Las entrañas y las piernas debían ser lavadas antes de ser puestas sobre la leña (Vers. 9, 13)
· Todo debía arder sobre el altar (9, 13, 17)

Hasta aquí, la presentación teórica del tema… ¿Qué podemos aprender nosotros de esto? lo iremos viendo en las próximas entradas.

Hasta la próxima…