Hola
Saludos a todos :)
Valparaiso
De pronto sales tú con tu llama y tu voz,
y eres blanca y flexible, y estás ahí mirándome,
y te quiero apartar, y estás ahí mirándome,
y somos inocentes, y la marea roja
me besa con tus labios; y es invierno; y estoy
en un puerto contigo, y es de noche.Gonzalo Rojas
(via dispersiondemente)
Contagio
La verdad, es que no fue sólo ese día que tuve que pasar de un lado a otro apurado y cansado, sino que todo el tiempo me he valido de la micro y el metro –¡puahj!- , siendo ésta mi teoría superficial de porqué empeoré tanto. Me explico, no es lo mismo tomar el metro y perder media hora, que hacerlo por una hora y media o más.
Estoy enfermo. Nadie lo ha pronosticado, ningún papel con receta me lo ha confirmado, sólo el consentimiento que he mantenido en estos crudos meses. Estoy enfermo porque sé que lo estoy, porque un amigo una vez dijo que escribir sólo lo hacían los enfermos.
Piensa además si es que te mueves solo, ¿Qué mierda hacer? Podrías leer un manuscrito hallado en un bolsillo y ver el reflejo virtual de las féminas por la ventana, o quizás escuchar música en tu celular con internet y olvidarte del mundo. Podrías observar a la gente o ignorarla por completo. Al final, todas las veces terminas aburriéndote.
Vivimos en la ciudad donde de nada importa lo leído, lo aprendido y la sapiencia que creíamos haber. En Santiago amar sofoca, sin embargo, sirve mucho al momento de escribir. La contraparte de la experiencia; crear desde cero -como un omnisciente-, la historia que desde el primer párrafo fue idiota.
Hace tiempo leí que no sólo las cartas de amor son ridículas, sino que lo absoluto menos se escapa, y me quedan palabras por hablar… Al final, siempre espero ser el hombre que lea mil novelas necias, que el miserable encargado en tener que escribirlas.
Letraherido
La primera vez que leí letraherido o lettreferit fue en un libro de Roberto Bolaño. Me devolví dos veces a comprobar que había leído bien y sí, así era. De hecho era letraherida: “…los literatos en masa, son conducidos a la casa de la condesa de Bahamontes, letraheriday mecenas de múltiples eventos culturales”. Y me imaginé la peor atrocidad cometida a una de las cosas más puras y bellas per se: letras heridas.
Luego de salir de mi estúpida literalidad, entré a otra estupidez más común aún y busqué esta hermosa palabra en el diccionario de la RAE ¿puede haber una costumbre más arraigada en los escribientes que esa? Claro que sí, googlear la palabra y revisar qué se ha escrito sobre ella. En esa instancia me encontré con que lettreferit es un galicismo muy olvidado en los diccionarios franceses, pero aún recordado, exiguamente en el catalán, como “literato”.
Pero quiero detenerme en el origen humanista de esta palabra. Detenerme, sentarme, tirarme al piso y mirar el cielo. Acuñada en el siglo XVI por Montaigne en su ensayo Du Pedantisme, se refiere a los lettreferits como “aquellos a los cuales las letras han dado un martillazo…”, refiriéndose peyorativamente a estos lectores empedernidos, que leen sin criterio ni verdadero entendimiento cualquier letra.
En la actualidad se entiende más como la definición catalana, de hombre de letras, pero no puedo dejar de pensar en cada novelita sensacionalista que tortura, apuñala y desgarra las letras que la componen, porque -tergiversando a Vicente Huidobro- cuando las letras no dan vida, no crean universos, no relatan mundos -externos o internos- matan.
Desidia
Sin cuidado ni interés. Desidia para la RAE significa dos cosas que componen el círculo del abandono: negligencia e inercia. Para mí la desidia es pan de cada día y se ve en cada persona que nos atiende mal cuando entramos a una tienda, en cada profesor que no motiva con sus clases y en la deserción universitaria.
Claramente no siempre es algo malo. A veces es el reflejo del descontento un motor de cambio, lo que hace que ese profesor deje de dar clases, esa persona se cambie de trabajo o termine una relación. La desidia es abandono, pero no un abandono gratuito, ni menos indiferente, es la expresión misma del desinterés.
Se barajan muchos motivos de esta desgana. La desidia no es creación espontánea de una almohada y una cabeza al despertar un día. Si no que es la suma de éstos días, expresándose en el desinterés y afectando a todos a tu al rededor.
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